La princesa Kako de Akishino, miembro de la familia imperial japonesa, llegó a Cusco el fin de semana pasado como parte de su visita oficial al Perú. La princesa vino a celebrar los 150 años de relaciones bilaterales entre ambos países y a conocer la riqueza cultural y natural de la región.
Recesión y turismo en Cusco: un futuro incierto
El primer destino de la princesa Kako fue la maravilla del mundo, Machu Picchu. Acompañada de un fuerte dispositivo de seguridad, la princesa recorrió el santuario incaico y quedó impresionada por su belleza y majestuosidad.
Luego, regresó a la ciudad de Cusco, donde visitó la catedral, uno de los monumentos más importantes del arte colonial. Allí, fue recibida por el arzobispo metropolitano del Cusco, monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, quien le mostró las obras de arte y la arquitectura del templo.
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Princesa Kako visita el Palacio Municipal y recibe la Medalla de Alcaldía
Después de la catedral, la princesa se dirigió al Palacio Municipal, donde fue acogida por el alcalde encargado, Alexander Blanco Rojas. El edil le dio la bienvenida y le entregó la Medalla de Alcaldía, un reconocimiento a su visita y a su labor diplomática.
Además, le obsequió un traje típico de la provincia del Cusco, que la princesa agradeció con una sonrisa. La princesa Kako en Cusco también recorrió las instalaciones del Palacio Municipal y conversó con las autoridades locales sobre diversos temas de interés.
La princesa Kako culminará hoy su estadía en la región y volverá a Lima para seguir con su agenda oficial. Su visita ha sido un gesto de amistad y respeto entre el Perú y Japón, dos países que comparten una larga historia y una gran diversidad cultural.