Dos rituales coincidieron este lunes en el centro poblado de Huari, en el distrito de Huancán, en Huancayo: una modernizada para bendecir los camiones de una familia dedicada al transporte, con cerveza y orquesta que toca santiago; y la otra, un rito ancestral de agradecimiento a los manantiales, llamado el “pagapu huanca”, en el centro ceremonial Wariwillka, de los antiguos huancas, para pedir por la fertilidad de la tierra en este nuevo ciclo agrario que está por iniciarse en la sierra central.
El santiago es una fiesta tradicional del valle del Mantaro dedicada a Tayta Wamani o el Apu Huaytapallana que comienza en el sur de Huancayo el 25 de julio. También es la celebración en honor a San Santiago, el patrón de los animales, por eso las familias realizan el marcado del ganado, colocando llamativas cintas de colores en las orejas de las vacas (a modo de aretes o pendientes) y cintas con franjas rojas y blancas en el cuello de los toros. De manera similar con las ovejas, sean hembras o machos.
Tras la marcación, a los animales les dan de comer hojas de coca seleccionadas (coca quinto) remojadas en chicha de jora, pidiéndole al Apu la fertilidad del ganado.
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Pero en casa de los Vega Gonzales no hay ganado, sino camiones y camionetas de los hijos dedicados al transporte de carga. No hay chicha de jora ni coca quinto. Pero hay cerveza, cintas, estampitas del Señor de Muruhuay y dos orquestas que tocan la música del santiago.
Esta familia acostumbra celebrar el santiago cada 29 de julio, en la plaza de Huari. “Esa es nuestra costumbre de todos los años, hacer el cintachi. Le hemos puesto la cinta a los carritos para que vaya bien, trabaje bien, para que aumente; quizá pueda aumentar al otro año”, dice Graciela Gonzales, la madre orgullosa de que sus hijos se dediquen al transporte.
Los vehículos son bendecidos con la espumante cerveza que cada dueño y dueña rocía en las llantas, el parabrisas, la tolva… y una estampita del Señor de Muruhuay es colocada en la cabina del conductor. Todo bailando del Tayta Shanti, al ritmo de la orquesta.
Pagapu a los manantiales
A pocos pasos de aquí, el laya o sacerdote andino, Víctor Vilcahuamán, preside una ceremonia ancestral del pagapu huanca a los manantiales que, dicen los historiadores, realizaban los antiguos huancas en el templo de Wariwillka, en agradecimiento a las deidades andinas, como el Apu Huaytapallana, el Wallallo Karwinchu, la mama Quilla (madre luna) al Tayta Inti (dios Sol), a la tierra y al agua.
Al laya Vilcahuamán le acompañan el Curaca, quien era la autoridad de los huancas, mujeres y hombres que ofrendan papa, mashua, quinua, mandarinas…, frutos de la tierra.
A esta ceremonia ancestral llegaron comuneros de Sapallanga, con alpacas con sus cargamentos y elencos de danzas folklóricas como los shapish de Chupaca, la llamishada y otros.
El santiago con cintachi a camiones y la ceremonia del pagapu, mantienen, sin embargo, el agradecimiento y el pedido por el fruto de la tierra o el trabajo de los huancas.
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