Actualmente, más de 54 mil procesos judiciales están sin resolver en Cusco, lo que refleja un sistema saturado y ralentizado en su capacidad de impartir justicia. La sobrecarga procesal en el Poder Judicial de Cusco sigue siendo una de las principales preocupaciones de litigantes, abogados y defensores de derechos ciudadanos.
Según la presidenta de la Corte Superior de Justicia del Cusco, Elcira Farfán, este elevado número de casos se concentra principalmente en los juzgados unipersonales. Uno de los factores que más contribuye a esta situación es la mala práctica de los imputados al consignar datos erróneos en sus domicilios, lo cual complica el proceso de notificación y genera dilaciones innecesarias.
“Muchos imputados no colocan su dirección correcta, y eso retrasa los procesos desde el inicio”, explicó Farfán.
La magistrada también destacó que la situación se ve agravada por la alta carga laboral que enfrentan los fiscales del Ministerio Público, quienes en muchos casos no formulan adecuadamente los controles de acusación, lo que obliga a los jueces a devolver expedientes incompletos o mal estructurados.
“Entendemos que la Fiscalía también lleva múltiples investigaciones a la vez”, reconoció.
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Asimismo señaló que, a pesar del volumen general de procesos, los casos por corrupción en la región son mínimos en comparación con otros delitos comunes, aunque la Corte ha señalado que se está haciendo un esfuerzo por avanzar en estos expedientes debido a su relevancia pública.
El reclamo constante: lentitud en la justicia
Para los litigantes cusqueños, esta situación representa una forma de injusticia prolongada. “La demora no solo afecta los tiempos judiciales, sino también la credibilidad del sistema”, afirman abogados locales.
Mientras tanto, la Corte Superior asegura que está implementando medidas para mejorar el flujo de casos, aunque reconoce que las limitaciones de personal, presupuesto y capacitación técnica siguen siendo obstáculos persistentes.