Un muerto y dos detenidos (presuntamente limbaneños-Sandia), es el saldo de un tiroteo cruzado entre la policía y algunas personas que mantenían tomada parte del río Inambari, en territorio coaceño, según la denuncia. Además, días previos se informó que dos personas heridas con arma de fuego; una en la pierna y la otra en el abdomen, los cuales no podían ser evacuados de la zona, debido al insistente disparo de armas de fuego a las embarcaciones. Ello en medio del conflicto desatado entre los distritos de Limbani (Sandia) y Coasa (Carabaya) por problemas limítrofes.
El lunes 13 de octubre de 2025 estalló la violencia en la selva puneña. Pobladores de Limbani habrían atacado a coaseños en el sector Sahuana, zona en disputa desde hace años. Videos que circulan dan evidencia de los disparos y explosiones, mientras el río Inambari quedó tomado por hombres armados presuntamente limbaneños.
El conflicto escaló a comunidades como Huanacuri y Jatun Yunca. Para el miércoles 15, familias enteras quedaron aisladas. «Estamos secuestrados en nuestro propio territorio», denunció un poblador en audios filtrados. Además, se dio cuenta de dos heridos por balas, Demetrio Gómez y Flora Calcina, agonizaban sin atención médica, pobladores que se comunicaron con nosotros sostenían que es imposible llevarlos de emergencia a hospitales o centros de salud, por qué no los dejan salir, «nos tienen aislados», denunciaron.
-
Recomendados:
- Ica: Delincuentes amenazan de muerte al director del Penal de Chincha y su familia
- Loreto: Proyecto educativo fortalece la formación de estudiantes de pueblos originarios
- Loreto: Destruyen cerca de 20 dragas en megaoperativo contra la minería ilegal en el río Nanay
La Policía Nacional intentó romper el cerco este fin de semana. Un enfrentamiento dejó un muerto y dos detenidos. «No podemos mover vehículos fluviales. Nos disparan desde la orilla», declaró. Las autoridades locales exigen intervención urgente.
Acusaciones Cruzadas
Ali Zárate Calsina, presidente del Frente de Defensa de Coasa, responsabilizó a Cabada: «Convocó visitas técnicas y nunca llegó. Su ausencia frustró soluciones». Documentos prueban que, en 2024, Limbani y Coasa esperaron en vano su mediación. «¿Qué espera para actuar? Ya hay sangre», cuestionó Zárate en entrevista.
Los heridos, según testimonios, «no tenían relación con el conflicto». Gómez recibió un balazo en la pierna; Calcina, en el abdomen. «Estaban trasladándose cuando los atacaron», relató un testigo. La falta de postas médicas y el río bloqueado agravan su estado.
Coasa anunció un plazo de una semana para reanudar diálogos. «Si no hay respuesta, paralizaremos la Interoceánica», advirtió Zárate. Tres comunidades —Huanicachi, Huayruruni y Jatun Yunka— reportaron invasiones. «Llevamos años pidiendo demarcación. Ahora exigen que nos callemos con balas», denunció.
Víctimas olvidadas
«Flora Calcina podría quedar discapacitada. Demetrio Gómez sangraba sin ayuda», describió los comuneros de la zona. El río Inambari, vital para transporte, sigue en manos de encapuchados. «Niños y ancianos no tienen comida. Las embarcaciones no pasan», alertó una madre desde Hatun Yunca.
La Defensoría del Pueblo y la Superintendencia fueron notificadas, pero la respuesta es lenta. «Belinda Cabada tiene los documentos. Que defina los límites de una vez», exigió Zárate. Mientras, en Lima, el conflicto sigue siendo un «asunto regional».
Historia repetida
Este no es el primer episodio. En 2023, Coasa protestó en Puno por la misma causa. «Cabada canceló reuniones clave. Su oficina actúa con parcialidad», acusó un dirigente. Hoy, con dos heridos y un muerto, la pregunta persiste: ¿Cuántas vidas más costará la burocracia?
Coasa pide mesa de diálogo inmediata. «Queremos paz, no violencia. Que el Gobierno actúe», clamó Zárate. Mientras, en Limbani, las autoridades guardan silencio.
Lea la nota original aquí o visita el medio Pachamama Radio