Una propuesta que busca iluminar parte del corredor turístico de Tingo María ha encendido las alarmas entre los responsables del Parque Nacional Tingo María (PNTM). La iniciativa, promovida por la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Leoncio Prado, plantea instalar alumbrado público en el sector de Jacintillo, específicamente en la zona conocida como “aguas sulfurosas”. Esta área, ubicada en la zona de amortiguamiento del parque, es vital para la supervivencia del guácharo, ave emblemática de la Cueva de las Lechuzas.
Un ecosistema en riesgo
Luis Flores, jefe del PNTM, advierte que la colocación de luz artificial en esta zona puede tener graves consecuencias. “Este lugar es el hábitat principal del guácharo y la instalación de luz artificial podría estresarlos, alterar su ciclo natural o incluso obligarlos a migrar”, señaló. La especie, conocida científicamente como Steatornis caripensis, se alimenta de frutos y depende de la oscuridad para mantener su conducta nocturna.
Las aguas sulfurosas del sector de Jacintillo forman parte de su rutina diaria, ya que allí acuden a beber para facilitar su digestión. Cualquier alteración en este comportamiento podría poner en peligro no solo a la especie, sino al equilibrio de todo el ecosistema de la cueva, que también alberga murciélagos, loros y pequeños mamíferos.
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Impacto ecológico y económico
El guácharo no solo es importante desde el punto de vista biológico, sino también turístico. “Los turistas vienen precisamente a ver y escuchar a esta ave. Su desaparición tendría un impacto ecológico y económico muy fuerte para la provincia”, sostuvo Flores. En esa línea, recordó que se ejecuta un protocolo de monitoreo mensual junto a la Unidad de Monitoreo Biológico del Sernanp, con el objetivo de preservar a la especie y su entorno.
Gracias a este trabajo, el parque mantiene un 94% de conservación. De hecho, en los últimos años se ha documentado un aumento en la presencia de fauna silvestre, incluyendo felinos como el jaguar, yaguarundí, margay y puma, así como especies acuáticas como la nutria y el ronsoco. La instalación reciente de 13 cámaras trampa ha reforzado estas labores de monitoreo y conservación.
No obstante, la zona de amortiguamiento del parque ha sufrido deterioros. “Se ha perdido el hábitat de especies como el cotomono, y no queremos que pase lo mismo con el guácharo”, lamentó el jefe del área protegida, haciendo referencia a construcciones no autorizadas como baños y cercos perimétricos.

Llamado a respetar la normativa ambiental
Flores también recordó que cualquier intervención en la zona de amortiguamiento debe ser evaluada por el Ministerio del Ambiente, tal como lo exige el Decreto Supremo 003-2011. Esta evaluación técnica vinculante debe contemplar los impactos sobre flora, fauna, suelo, aire y otros elementos del entorno.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio, Sergio Ríos, aseguró que la propuesta aún no se ha concretado. “Estamos en una etapa exploratoria, no promoviendo directamente el alumbrado. Sabemos que hay un ecosistema que proteger y estamos totalmente de acuerdo en que debe hacerse de forma sostenible”, indicó. También confirmó que han sostenido reuniones tanto con la empresa Electrocentro como con representantes del parque.
Ríos manifestó su compromiso con el desarrollo responsable de la provincia. “El Parque Nacional Tingo María es nuestro principal atractivo turístico. No podemos permitir que una mala decisión lo ponga en riesgo”, enfatizó, añadiendo que su institución respetará los procedimientos técnicos y ambientales necesarios.
Finalmente, el jefe del PNTM hizo un llamado a la población de Tingo María a defender el parque como un bien común. “El Parque Nacional no solo conserva biodiversidad y recursos hídricos para nuestra población. También protege nuestro símbolo emblemático, la Bella Durmiente, y genera ingresos económicos para toda la provincia. Es un patrimonio que todos debemos cuidar”, expresó.
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