Autoridades discutirán incremento de aforo turístico en Machu Picchu a 27,000 visitantes diarios pese a advertencias de daños irreversibles en el patrimonio inka. Debate genera tensión entre conservación y presión económica.
La Unidad de Gestión de Machu Picchu (UGM) convocó una sesión para el 30 de junio. Este encuentro incluirá un tema que divide opiniones: el posible aumento del aforo turístico en Machu Picchu a 27,000 visitas por día. El Ministerio de Cultura (Mincul) expondrá un informe técnico que alimentará el debate.
El ministro de Cultura, Fabricio Valencia, ya rechazó públicamente esa cifra. En mayo, durante una entrevista con RPP, la calificó como “completamente inviable”. A pesar de ese pronunciamiento, la propuesta permanece sobre la mesa.
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El equipo técnico del Mincul dispondrá de 20 minutos para presentar su evaluación. Aún no se ha confirmado cuál será el contenido exacto del informe. Sin embargo, varias voces apuntan a un documento elaborado por especialistas de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco.
Aforo turístico en Machu Picchu preocupa a expertos en patrimonio
Diversos expertos han expresado su preocupación por los riesgos que implicaría ese aforo. El antropólogo Fernando Astete Victoria, exjefe del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu, recordó que los suelos ya muestran signos de daño. “Si con el número actual de visitantes tenemos problemas, imagínense con 27,000”, comentó.
Los especialistas señalan que los senderos de tierra y las escalinatas sufrirán una compactación acelerada. En la actualidad, los técnicos utilizan geoblocks para proteger esas zonas. Estos dispositivos permiten el crecimiento de hierba mientras controlan la erosión.
En 2017 y 2018, equipos de conservación documentaron deterioro en piedras, plataformas y muros. La Casa del Guardián, una zona clave dentro del sitio, presenta el desgaste más severo. El consultor Carlos Cano Nuñes atribuyó este daño a la fricción constante generada por los visitantes, especialmente en tramos con relieve irregular.
Durante la temporada de lluvias, la situación se agrava. El suelo se satura, pierde estabilidad y compromete las estructuras incas. Si no se toman decisiones técnicas, las afectaciones podrían volverse irreversibles.
El aumento del aforo enfrenta una tensión evidente. Por un lado, existe presión para mejorar la economía regional a través del turismo. Por otro, crece la exigencia de conservar el Patrimonio Mundial de la Humanidad.
La sesión de la UGM será decisiva. Las autoridades deberán definir si priorizan la integridad del monumento o la expansión de su capacidad turística. Hasta ahora, ninguna postura oficial ha confirmado una decisión definitiva.
El debate sigue abierto. Las próximas acciones del Mincul y la UGM marcarán el futuro de la ciudadela inka más importante del Perú.