En 2024, Cusco vivió un repunte en la creación de empleos. Más de 238 mil personas trabajan actualmente en la ciudad. Esta cifra proviene de la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN), que resalta la fuerza del mercado laboral local.
Erick Chuquitapa, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES), explicó los factores detrás de este crecimiento. Según él, un entorno económico estable fomenta la inversión privada. Esta inversión genera empleos mejor pagados y mejora la calidad de vida. “Cuando las familias tienen seguridad económica, se forma un ciclo de progreso que fortalece a toda la región”, afirmó.
El grupo más favorecido por esta expansión fue el de jóvenes entre 14 y 24 años. En este segmento, se crearon 1,800 nuevos empleos en comparación con 2023. Esto representa un crecimiento del 5.7 %, según datos de REDES. Así, muchos jóvenes accedieron a empleos formales y con mejores condiciones.
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Empleo juvenil en Cusco marca un cambio positivo
La mejora en el empleo juvenil en Cusco genera efectos importantes. Aumentan las oportunidades profesionales y mejora la estabilidad económica de muchas familias. Según Chuquitapa, este avance permite reducir la vulnerabilidad de los jóvenes frente al desempleo y la informalidad.
El especialista también destacó que las expectativas positivas animan a las empresas a expandirse. Cuando hay más inversión, crecen las oportunidades laborales. Y cuando los jóvenes ingresan al mercado formal, se fortalecen sus capacidades. De esta manera, se impulsa un crecimiento más justo y duradero.
Sin embargo, no todo el panorama resulta alentador. La informalidad sigue afectando a gran parte de los trabajadores cusqueños. El 61.4 % de ellos aún labora en condiciones precarias. Aunque este índice bajó ligeramente en 2024 (0.3 puntos porcentuales menos), todavía refleja un reto urgente.
Quienes trabajan en la informalidad no acceden a beneficios como seguro médico ni a pensiones. Esta situación también reduce los ingresos del Estado. Sin estos recursos, se vuelve difícil invertir en infraestructura y servicios básicos.
Chuquitapa propone enfrentar esta realidad con políticas concretas. Se necesita reducir los obstáculos que impiden ingresar al mercado formal. Algunas medidas clave incluyen simplificar los trámites y flexibilizar ciertas reglas, sin afectar los derechos laborales.
El empleo juvenil en Cusco muestra un progreso real. Gracias al impulso de sectores clave y la inversión privada, los jóvenes encuentran más oportunidades. No obstante, la lucha contra la informalidad sigue pendiente.
Para lograr un cambio estructural, Chuquitapa sugiere unir esfuerzos. El sector público, el privado y la sociedad deben colaborar. Solo así será posible ofrecer empleos estables, mejorar el bienestar y sostener el desarrollo de la región.