El pan con chicharrón, considerado uno de los desayunos más tradicionales del Perú, ha dejado de ser solo un símbolo gastronómico para convertirse en un motor económico de gran importancia. De acuerdo con el Ministerio de la Producción (Produce), los restaurantes dedicados exclusivamente a este plato aportan más de S/244 millones al Producto Bruto Interno (PBI) cada año.
Un negocio que se mantiene con un producto estrella
Actualmente existen más de 730 restaurantes formales especializados en pan con chicharrón, de los cuales el 40% se ubica en Lima. Este nivel de concentración refleja la fuerza de un mercado que, según especialistas, ha logrado consolidarse gracias a la especialización.
“En el Perú, alrededor del 60% de los pequeños negocios gastronómicos logran mantenerse en el mercado gracias a la especialización en un solo producto estrella, y el pan con chicharrón es un claro ejemplo de ello”, explicó Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
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Impacto económico y laboral
El sector de las chicharronerías representa el 0.7% del total de restaurantes en el país y alrededor del 0.02% del PBI nacional. Produce estima que cada mes se consumen más de 3000 toneladas de chicharrón, lo que genera una dinámica económica constante.
“Este rubro genera más de 8.900 puestos de trabajo directos e indirectos, lo que representa cerca del 1.5% de la fuerza laboral del sector restaurantes en el Perú. Además, impulsa cadenas productivas locales que fortalecen la economía regional”, destacó Torres.
Diferencias en el consumo regional
El consumo de pan con chicharrón varía ampliamente según la región. Mientras el promedio nacional es de 5,3 kilos per cápita al año, en Ucayali la cifra se eleva a 35 kilos, es decir, siete veces más. En Tacna y Ayacucho el consumo alcanza los 15 y 12 kilos respectivamente, y en Madre de Dios llega a los 9 kilos.
Este hábito de consumo también se refleja en el gasto mensual: los hogares de Ucayali destinan en promedio S/83 al pan con chicharrón, frente a los S/33 del promedio nacional. Los precios, por su parte, oscilan entre S/70 y S/140 por kilo de chicharrón, mientras que un pan servido en restaurantes especializados se vende entre S/10 y S/30, dependiendo del tipo de carne y la ubicación del local.
El impacto del pan con chicharrón trasciende lo económico. Al ser una importante fuente de proteínas, su inclusión en la dieta al menos dos veces por semana contribuye a la seguridad alimentaria y a la lucha contra la anemia, especialmente en sectores populares.
Así, este platillo tradicional no solo resguarda la identidad culinaria del Perú, sino que también se posiciona como un ejemplo de cómo la gastronomía puede ser un motor de desarrollo económico y social en todo el país.
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