La propietaria Ana María Pino denunció que quioscos instalados por el Gobierno Regional dañan la infraestructura de la Casa del Corregidor en el centro histórico de Puno. Los stands fueron amarrados sin autorización a las rejas del monumento, declarado Patrimonio de la Nación. El Ministerio de Cultura fue convocado para verificar los daños en la zona.
La encargada del Museo Dreyer advirtió temprano sobre la instalación irregular de los quioscos que afectan tres monumentos históricos. «Nunca nos han informado para nada», declaró Pino. La Catedral, la Casa del Corregidor y la Casa del Conde de Lemos forman parte del área afectada por la tercera feria realizada en meses recientes.
Los organizadores cerraron el paso peatonal e impiden el ingreso de turistas a la Casa del Corregidor sin solicitar permisos. Pino compró el inmueble precisamente para preservarlo como patrimonio. Las rejas dañadas tienen más de 300 años de antigüedad, según la propietaria del monumento histórico.
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Vientos amenazan estructura centenaria
La propietaria teme que los vientos impredecibles de la zona derriben los quioscos amarrados a la estructura colonial del edificio. «Hay un viento fuerte, se tiran y se bajan la ventana», advirtió Pino. El Gobierno Regional organiza la feria sin considerar espacios apropiados para este tipo de actividades comerciales.
El centro histórico de Puno sufre el impacto de ferias que obstruyen el libre tránsito y dañan monumentos declarados patrimonio. «No pueden malograr el centro histórico», protestó la propietaria. La calle peatonal depende del municipio, pero los organizadores instalaron estructuras sin respetar el patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Ana María Pino exige respeto para el patrimonio puneño tras denunciar formalmente ante el Ministerio de Cultura los daños ocasionados. «Un poquito de respeto al patrimonio de Puno», reclamó la propietaria. El Museo Dreyer también reporta afectaciones por la feria que bloquea el acceso a visitantes y turistas interesados en conocer la historia colonial.
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