Las intensas lluvias de los últimos días han provocado el desborde del río Apurímac, dejando bajo el agua a comunidades enteras en el Vraem. En los distritos de Ayna, Kimbiri y San Francisco, decenas de familias han tenido que evacuar sus hogares ante la crecida del caudal. En Manitea, las localidades de Lobo Tahuantinsuyo, Sirenachayooc y Pugiriari han sido gravemente afectadas, con viviendas sumergidas y cultivos destruidos.
«Las viviendas están quedando cubiertas por el agua y los cultivos están siendo destruidos», alertó la población afectada. En Ayna y Kimbiri, la inundación ha alcanzado colegios, centros de salud y mercados, dejando a cientos de personas sin refugio. Los damnificados piden ayuda urgente en víveres, frazadas y refugio, mientras el agua sigue avanzando.
El acceso terrestre a varias comunidades está bloqueado, lo que dificulta la llegada de ayuda. Defensa Civil aún no ha desplegado acciones significativas para atender la emergencia, mientras el Senamhi advierte que las lluvias continuarán en la región. En San Francisco y Pichari, la crecida del río provocó la caída de postes de electricidad, dejando sin energía a comunidades enteras.
Electrocentro logró restablecer el servicio tras cuatro horas de trabajo bajo condiciones adversas. El Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) ha declarado en emergencia las zonas afectadas y coordina evacuaciones y envío de ayuda humanitaria. Sin embargo, la magnitud del desastre exige una respuesta más rápida y mayores recursos.
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La población pide acción inmediata del Gobierno para evitar mayores pérdidas humanas y materiales.
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