El gerente de servicios públicos de la Municipalidad Provincial de San Román, Genrry Paredes Chura, justificó la falta de control sobre el comercio ambulatorio que invade las calles de Juliaca, argumentando que mantiene «diálogo» con los comerciantes informales, pese a existir ordenanzas municipales vigentes que prohíben esta actividad en espacios públicos destinados al tránsito peatonal. ¡No me corresponde imponer principio de autoridad! Señaló el ofuscado funcionario municipal.
Durante una entrevista realizada en los exteriores del edificio municipal, Paredes Chura reconoció que existen «ordenaciones municipales vigentes que prohíben ese tipo de comercio», pero prefiere el diálogo antes que hacer cumplir la normativa. El funcionario municipal explicó que cuando recibe «una solicitud de parte de los comerciantes, hay que hacer diálogo, hay que escuchar», justificando así su postura permisiva ante la ocupación ilegal del espacio público.
La problemática del comercio ambulatorio en Juliaca se arrastra desde hace tres años, período durante el cual los comerciantes informales han consolidado su presencia en veredas y calles principales de la ciudad. Paredes Chura admitió que durante la gestión del alcalde Óscar Cáceres Rodríguez «han tenido tres años para dialogar», evidenciando la falta de resultados concretos en el ordenamiento urbano que prometió la actual administración municipal.
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Cuando se le cuestionó sobre la ausencia del «principio de autoridad» en la municipalidad, el gerente de servicios públicos respondió de manera evasiva y manifestó su molestia. «No me preguntes de lado, aquí vas a venir a ofenderme», expresó Paredes Chura al ser confrontado sobre la falta de decisiones ejecutivas para solucionar el problema que afecta diariamente a miles de transeúntes en la ciudad altiplánica.
La situación se torna más crítica cuando se observa que comerciantes ambulatorios operan incluso en los alrededores del propio edificio municipal. Al ser consultado sobre esta paradoja, el funcionario reconoció que «la vereda está para el peatón», pero justificó la presencia de vendedores informales argumentando que «hoy día es una festividad y la gente viene para Juliaca», mostrando inconsistencia en la aplicación de las normas municipales establecidas.
Paredes Chura aseguró que su oficina cuenta con «planificación» para el ordenamiento del comercio ambulatorio y mencionó que ya iniciaron trabajos en diferentes sectores. Sin embargo, cuando se le pidió especificar las calles donde supuestamente se realiza este ordenamiento, citó «Túpac Amaru, las Mercedes y avenida Gómez», lugares que según testimonios de transeúntes mantienen la misma problemática de ocupación irregular del espacio público.
La contradicción del discurso municipal se evidenció cuando el gerente admitió no haber recorrido las calles mencionadas el día de la entrevista. «No he recorrido hoy día», confesó Paredes Chura, reconociendo implícitamente que desconoce la situación real del comercio ambulatorio en las zonas que supuestamente están siendo ordenadas por su gestión, lo que cuestiona la veracidad de sus afirmaciones sobre los avances logrados.
El funcionario municipal calificó como «incoherentes» las preguntas sobre el estado actual del ordenamiento urbano en Juliaca, argumentando que se encontraban en «una actividad». Esta respuesta evasiva contrasta con la realidad observable en las calles de la ciudad, donde vendedores ambulatorios continúan ocupando veredas y espacios destinados al tránsito peatonal sin ningún tipo de control o regulación efectiva por parte de las autoridades competentes.
Ante la insistencia sobre cuándo se iniciará un trabajo efectivo de ordenamiento, Paredes Chura se limitó a responder que «vamos a seguir trabajando» y que cuentan con «la subgerencia y las áreas correspondientes». Esta respuesta genérica no ofrece plazos concretos ni estrategias específicas para solucionar un problema que, según admitió el propio funcionario, constituye «una deuda para con Juliaca» que requiere acciones inmediatas y sostenibles.
El caso de Juliaca refleja la crisis de gestión municipal que enfrentan muchas ciudades del interior del país, donde la falta de decisión política y la ausencia de planificación urbana efectiva permiten que el comercio informal se consolide en espacios públicos. La postura dialoguista del gerente Paredes Chura, si bien puede parecer democrática, evidencia una falta de liderazgo institucional que termina perjudicando tanto a peatones como a comerciantes formales que sí cumplen con las normativas municipales establecidas.
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