Madre de Dios. Desde hace seis días, la ciudad de Iñapari, ubicada en la provincia de Tambopata, región Madre de Dios, se encuentra inundada. Esta situación afecta a la ciudadanía de la zona, quienes piden ayuda urgente ante esta situación.
Hasta ahora, los residentes de la localidad continúan sin tener acceso a agua potable. Durante estos días de emergencia, las autoridades lograron enviar dos cisternas de agua desde la ciudad de Puerto Maldonado. En cuanto al suministro eléctrico, este fue restablecido recién ayer 27 de febrero.
El alcalde distrital de Iñapari, Rubén Copa, informó que se han agotado todos los recursos disponibles y que no hay logística para atender la emergencia. Añadió que solo cuentan con alimentos para la olla común. Asimismo, Carlos Gonzales Pita y Gerardo Delgado Vásquez, dirigentes vecinales de la ciudad, critiaron el accionar de las autoridades del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) y del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).
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De acuerdo a ellos, estas entidades se presentaron al lugar para tomarse fotos y luego regresaron a Puerto Maldonado.
Falta contabilización de damnificados
En cinco asociaciones de vivienda, el agua alcanzó una altura de hasta dos metros, dejando las viviendas completamente sumergidas. Miriam Cruz Macedo, presidenta de la Asociación de Viviendas Rosario del Acre, lamentó la pérdida de sus pertenencias y la de sus vecinos.
Otra es la zonas afectadas, es la que se encuentra cerca al río Yaverieja. 750 familias pertenecientes a cinco asociaciones han perdido sus viviendas y pertenencias. El número de damnificados se estima en 2850 personas, según los dirigentes vecinales. Hasta el momento, no se cuenta con información actualizada por parte de las autoridades.
Según el reporte del COER del Gobierno Regional de Madre de Dios hasta el 24 de febrero, solo se habían registrado 50 personas afectadas, 20 viviendas y tres instituciones educativas damnificadas. Por su lado, los residentes indican que no se ha realizado un censo completo de todas las personas afectadas ni de las viviendas damnificadas.
Esto, debido a que la comuna carece de la logística y el personal necesario para llevar a cabo la tarea. Además, los vecinos señalan que las autoridades del COER e Indeci no recorrieron las viviendas para realizar esta labor.
Seguridad en Iñapari
En el Parque Bernardo Carlos y en el centro educativo Elena Bertha, más de 200 personas han estado pernoctando en carpas proporcionadas por Defensa Civil y las Fuerzas Armadas. Sin embargo, la mayoría de ellas ha optado por regresar a sus hogares para cuidar sus viviendas.
Esto se debe a reportes de posibles robos, donde individuos podrían estar aprovechando la ausencia de los residentes en sus casas para llevarse las pertenencias. El comisario del puesto de vigilancia de la ciudad, el alférez PNP Fernando Shapiama, indicó que la delincuencia está activa durante este periodo de ausencia de los pobladores en sus hogares.
Proyecto de defensa ribereña tiene más de 20 años
Hace 20 años, se realizó un estudio de evaluación de riesgos ante inundaciones. Ese trabajo mostraba que, luego de la construcción del puente de Integración, la ciudad estaría en riesgo en todas las temporadas de lluvias. El estudio recomendaba la construcción de defensas ribereñas para proteger la ciudad de Iñapari.
Esos informes los tendría el Gobierno Regional, el Gobierno Central y los técnicos del Centro Nacional de Estimación de Prevención y Reducción de Riesgos de Desastres (Cenepred). “Solo que hasta la fecha no se ha hecho nada”, afirmó Teddy Barra, exteniente alcalde de la Municipalidad de Distrital de Iñapari en los años 2002 y 2004.
Necesidades urgentes en Iñapari
El desbordamiento de los ríos Maderacre y Yaverija dejó sumergidas varias viviendas durante tres días, la mayoría construida con madera y materiales locales. Esta situación generó daños graves en las infraestructuras, dejando las viviendas damnificadas. Ante esto, las familias requieren materiales para reconstruir sus casas.
Además, piden con urgencia medicamentos y atención médica para la población vulnerable, así como limpieza, fumigación y desinfección de las calles y viviendas. La población está preocupada por la posible aparición de plagas y enfermedades debido a la acumulación de lodo, desechos y animales muertos.
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