El Perú se posiciona como uno de los principales exportadores de cacao a nivel mundial, en 2023 ocupó el tercer lugar. Este cultivo, que tiene un impacto positivo en el ambiente y la sostenibilidad de los ecosistemas, está en un proceso significativo de cambio en su industria, donde el papel de las mujeres cooperativistas emerge como un elemento crucial.
Según la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), nuestro país exportó un total de 71 126 toneladas por un valor de US $226 millones. Ello significó un crecimiento del 8% en volumen y 45% en valor.
Mujeres comparten sus historias de superación
Durante el I Encuentro Regional de Mujeres Lideresas del Vraem, organizado por el proyecto ‘Transformando el Vraem: La tierra del cacao fino de aroma’ de Lutheran World Relief (LWR), con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), lideresas compartieron reflexiones sobre el rol femenino en las cooperativas, desde sus experiencias, destacando los obstáculos afrontados y avances logrados.
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Marian Cotache, secretaria del Consejo de Administración de la Cooperativa Agraria Cafetalera Pangoa (CAC Pangoa) y presidenta del comité de mujeres, remarcó la importancia de la constante capacitación para asumir cargos de representación en un sector tradicionalmente dominado por hombres. «El primer maestro que tuve fue mi padre, socio fundador de la cooperativa y hoy tengo cerca de 20 años aquí», expresó.
Susi Berrocal, presidenta de la Red de Mujeres Lideresas del Vraem y lideresa de la cooperativa El Quinacho, se consideró un modelo de lucha para otras mujeres. Su organización logró ocupar el quinto y sexto puesto. También obtuvieron una medalla de bronce, en el Salón del Cacao y Chocolate 2023. «Este logro no hubiera sido posible sin la lucha perseverante de nosotras, las mujeres», afirmó.
Por su parte, Olinda Cruz, presidenta de la Red Nacional de Mujeres de la Asociación Peruana de Productores de Cacao (APPCacao), motivó a las lideresas presentes a explotar sus dones y ocupar puestos de liderazgo. Además, destacó el cambio trascendental que significa producir cacao. Señaló que es una alternativa de desarrollo sostenible y lícito en lugar de la hoja de coca. «Siempre reafirmen su identidad, cuenten de dónde vienen, que sepan que ustedes son indígenas y con orgullo», clamó.
Limitaciones y barreras
Desde sus inicios, las mujeres cooperativistas han enfrentado una serie de desafíos que limitan su participación y desarrollo en el sector. La falta de educación, la violencia de género, y la exclusión del acceso a recursos productivos y créditos son solo algunas de las barreras que enfrentan las mujeres en las zonas rurales.
Según una investigación realizada en 2019 por el Centro Internacional de Investigación Agroforestal (ICRAF) en áreas del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), el 85% de las mujeres están interesadas o muy interesadas en participar más en la producción de cacao, pero se ven obstaculizadas por la ideología y prácticas del patriarcado en la zona rural.
En entrevista con Inforegión, Luis Mendoza, gerente de APPCacao, señaló que, si bien las mujeres se han involucrado progresivamente en el liderazgo y la gestión, también persiste una brecha salarial.
Cambios en la cooperativas
Las cooperativas implementan iniciativas para promover la participación femenina. Por ejemplo, en CAC Pangoa, Marian Cotache destacó la organización de ferias sabatinas donde las socias, esposas e hijas de socios pueden vender sus productos, promoviendo la seguridad alimentaria y generando nuevos ingresos. Además, la cooperativa cuenta con un “fondo rotatorio” que busca mejorar las condiciones de vida y la formación de sus socias.
Otro ejemplo es el de la Cooperativa Agraria Agroindustrial Qori Warmi, fundada en 2017 y conformada únicamente por mujeres productoras del cacao en el Vraem. Hoy la cooperativa cuenta con más de 100 asociadas propietarias. Ha participado en el Salón de Cacao y Chocolate en 2022 donde ganó cuatro categorías, entre otros reconocimientos, convirtiéndose en un ejemplo de desarrollo empresarial impulsado por liderazgos femeninos.
En cuanto a las políticas públicas, según la Encuesta Nacional Agraria (ENA) 2022, solo el 6.6% de productores agropecuarios recibieron capacitación, de los cuales el 26% fueron mujeres. Además, solo el 33.9% de las mujeres tienen título de propiedad en al menos una parcela, y el 23.8% pertenece a una organización.
Desde las políticas públicas
En este contexto, se impulsaron cambios como la Ley 30982 en 2019, que modifica la ley general de comunidades campesinas, para fortalecer el rol de la mujer. Así como la aprobación, a inicios de este año, del ‘Emprendimiento de la Mujer Rural e Indígena» del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), fondo que busca reforzar el rol de la mujer en las comunidades campesinas y cooperativas, con un fondo máximo de hasta S/154 500.
El gerente de APPCacao resaltó la importancia que este fondo mantenga una permanencia y cuente cada vez más con una mayor asignación. Mendoza también subrayó que es importante que las cooperativas y otras iniciativas apuesten por seguir formando las capacidades de sus mujeres en diversos ámbitos productivos, industriales, comerciales, desarrollo social, nuevas tecnologías y ambiente.
El rol de la mujer cooperativista
A través de actividades dentro de las cooperativas y la creación de espacios de diálogo y participación, las mujeres están ejerciendo su poder para proponer cambios significativos en la industria y en sus comunidades.
El papel de la mujer cooperativista en el sector del cacao peruano es fundamental para el desarrollo sostenible y la equidad de género en la industria. Con su participación activa, ellas contribuyen al crecimiento económico y social de sus comunidades, y abren nuevas oportunidades para un futuro más inclusivo y próspero en el sector cacaotero del país.
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