Víctor Silva, jefe zonal de Migraciones en Puno, explicó que se han realizado visitas a localidades como Cojata, Huancasaya y Trapiche para evaluar la factibilidad de instalar nuevos puestos de control en la extensa frontera con Bolivia. Sin embargo, la falta de servicios básicos—electricidad, agua y desagüe—representa un obstáculo significativo para la implementación de estas instalaciones.
Silva subrayó que la apertura de nuevas oficinas depende no solo de la mejora en la infraestructura local, sino también de una coordinación eficaz con instituciones como la Policía Nacional, Aduanas y Senasa. En lo que va del año, el ente ha logrado expulsar a 46 personas por ingreso irregular al territorio peruano, lo que, según el jefe zonal, evidencia el compromiso del organismo con la seguridad nacional y el estricto cumplimiento de la normativa migratoria.
Asimismo, se destacó la importancia de mantener una presencia estatal continua en los puntos fronterizos, especialmente en aquellos considerados pasos no autorizados, donde la ausencia de control facilita el ingreso irregular. «Migraciones lleva a cabo operativos de verificación y fiscalización migratoria, aplicando procedimientos administrativos sancionatorios especiales que permiten la expulsión en un plazo de 24 horas para quienes ingresen sin autorización o comprometan la seguridad nacional», detalló Silva.
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Con estas acciones, las autoridades buscan reforzar el control migratorio y garantizar la seguridad en una de las regiones fronterizas más sensibles del país, sentando las bases para una mayor integración y cooperación interinstitucional.
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