¡Puno no olvida!… Arengaron muy fuertemente familiares de las 18 víctimas del 9 de enero de 2023 en Juliaca, quienes exigen justicia y rechazan la llegada de políticos como Philip Butters, Rafael López, César Acuña y Keiko Fujimori entre muchos otros. Estos candidatos, acusados de incitar la violencia durante las protestas, enfrentan el repudio de un pueblo que los señala como cómplices de las muertes.
Raúl Samillán, hermano de Marco Antonio Samillán —médico asesinado en Juliaca—, denunció que «nos llamaron terroristas por protestar pacíficamente». Las balas en cráneos y pulmones de los manifestantes, según testigos, obedecen a órdenes de políticos que hoy buscan regresar a Puno. «¿Dónde están las pruebas de que somos terroristas?», cuestionó Samillán.
El pueblo quechua y aimara exige que los responsables enfrenten la justicia. «No son bienvenidos», advirtió Mariela esposa de Manuel Quilla, torturado y asesinado. La población organizó comités para expulsar a los políticos que «abren heridas al pisar Puno», como Keiko Fujimori, quien ingresó a escondidas a la región.
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«Nos provocan, pero no tenemos miedo», declaró un poblador de Juliaca. Las víctimas y sus familias recordaron que las protestas fueron reprimidas con balas y detenciones arbitrarias. «Dina Boluarte y sus aliados nos llamaron delincuentes; hoy queremos justicia, no discursos», añadió.
Philip Butters, quien en 2023 declaró que «había que meterles bala en la cabeza a los manifestantes», llego a Puno. La respuesta fue inmediata: «Se irán como ratas», afirmaron los manifestantes.
Los familiares de las víctimas subrayaron que la lucha no es solo por Puno, sino por los 33 millones de peruanos. «No somos terroristas; somos un pueblo que exige dignidad», enfatizó Samillán. La demanda es clara: «Que demuestren sus acusaciones o callen para siempre», mientras la región se une para evitar que la impunidad siga gobernando.
El mensaje final es contundente: «Ni un voto a quienes mancharon con sangre la protesta pacífica». Puno, herido pero unido, exige memoria, justicia y el respeto a su derecho a la protesta. «La sangre de nuestros hermanos no se olvida», cerraron los manifestantes, mientras preparan nuevas acciones para defender su dignidad.
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