Son más de 70 candados con los nombres de las parejas que han transitado por el puente del parque Túpac Amaru de San Carlos, en Huancayo, que cruza el pequeño estanque de la plaza, con la fe puesta en una relación para siempre.
Son candados grandes, medianos y pequeños; de marcas como Forte y Yale; de diferentes colores y condiciones: algunas oxidadas ya por el tiempo y la exposición al ambiente, y otros relucientes como evidencia de haber sido comprados y colocados recientemente.
-
Recomendados:
- Vecinos de 46 asentamientos humanos de Castilla exigen liberación de medida cautelar que los priva de servicios básicos en Piura
- Contraloría detecta pagos indebidos y fallas en obra universitaria de más de S/ 10 millones en Amazonas
- Disparan a dos mujeres y queman camioneta durante enfrentamiento limítrofe en Ayacucho
En algunos candados se aprecian los nombres de las parejas como “Saúl y Flor”, otros sin nombre, en otros las iniciales, y no falta un candado que quizá no cumplió su cometido y solamente está el nombre de la dama “Yuliana” y el nombre del varón tachado.
En las barandas del puente se hallan frases románticas, corazones, palabras de frustración ante una relación concluida y también las iniciales de las parejas que quisieron dejar constancia de su amor y su paso por el pequeño puente.
Muchos transeúntes y los niños y niñas se preguntan la razón de los candados. Según se cuenta, esta tradición nació en el año 2000, no existe consenso en su origen, pero las versiones coinciden en que nació para simbolizar el amor eterno. Así las parejas escriben sus nombres o las iniciales en un candado, lo cierran en las rejas de un puente y arrojan la llave al río.
Es curioso pero el puente del parque Túpac Amaru, de aproximadamente unos cuatro metros, es más un puente ornamental, sobre un estanque de agua de medio metro y que lucía seco… y no había ninguna llave.
Lea la nota original aquí o visita el medio HYTIMES.PE