Según las estadísticas oficiales, la región del Cusco es la tercera con mayor número de feminicidio en el país y los casos de violencia sexual contra las mujeres y niñas se han incrementado. Solo el año pasado, se registraron 163 denuncias de violencia sexual en esta región, pero se estima que hay muchas más que no se atreven a denunciar por miedo, vergüenza o falta de apoyo. La violencia sexual es una forma de violencia de género que afecta gravemente a las mujeres y niñas en el Perú.
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Violencia sexual contra mujeres y niñas en Cusco: una problemática que requiere atención urgente
Según informó Rosmery Roca, representante del Centro Mujer Flora Tristán, la mayoría de las víctimas de violencia sexual en Cusco son niñas menores de 14 años que son abusadas por familiares, vecinos o conocidos. «El año pasado la región de Cusco cerró con 163 agresiones sexuales. Las que trabajamos el tema sabemos que muchas mujeres no denuncian, entonces estamos hablando de una cifra oculta de mujeres que no se atreven a denunciar. Estas 163 mujeres que les menciono son mujeres que sí se atrevieron», explicó.
Estas niñas sufren traumas físicos y psicológicos que afectan su desarrollo y su futuro. Muchas de ellas quedan embarazadas o contraen enfermedades de transmisión sexual. Además, enfrentan la estigmatización y el rechazo de su entorno, que las culpa o las silencia.
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La violencia sexual también es una de las causas principales de los feminicidios, que son los asesinatos de mujeres por razones de género. Muchas mujeres que son víctimas de violencia sexual por parte de sus parejas o exparejas denuncian a sus agresores, pero no reciben la protección ni la justicia que merecen. Algunas de ellas son asesinadas por sus agresores, que actúan con impunidad y sin ningún tipo de sanción.
Violencia sexual contra mujeres y niñas en Cusco: una responsabilidad del Estado y de la sociedad
El Perú cuenta con una legislación que busca prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género, especialmente la violencia sexual contra mujeres y niñas. Se trata de la ley 30364, que protege a las víctimas de violencia familiar y a otros miembros del grupo familiar, con un énfasis especial en las mujeres. Esta ley establece una serie de protocolos y medidas de seguridad para garantizar que las mujeres que denuncian reciban una atención integral y oportuna.
Sin embargo, Rosmery Roca sostiene que esta ley no se cumple adecuadamente en la región del Cusco. «Esa norma tiene una serie de protocolos. Sobre todo garantizan que la cuando la mujer denuncia se le brinde todas las medidas de seguridad para que alcance justicia. Pero eso está fallando», expresó.
Víctimas no alcanzan justicia
Hay una falta de asistencia del Estado para atender a las mujeres víctimas de violencia sexual. Las instituciones encargadas de brindar apoyo legal, psicológico y médico a las mujeres no cuentan con los recursos ni el personal suficientes para responder a la demanda. Además, hay una falta de coordinación y de seguimiento a los casos, lo que genera impunidad y desconfianza en las víctimas.
«Años atrás el movimiento feminista decía: denuncia. Las mujeres no se atrevían a denunciar porque en el Perú no había normas que la avalen. Entonces las mujeres empezaron a denunciar y el Estado peruano, fue implementando normas para atender estas víctimas. Ahora cuando les decimos denuncia a las compañeras, responden: ¿para qué? si no alcanzó justicia. Entonces a veces muchas mujeres ya ni se atreven a denunciar por el alto costo de tiempo, emocional y también de dinero que significa denunciar y no encontrar justicia en ese proceso», explica Rosmery Roca.
Por eso, es necesario que el Estado y la sociedad asuman su responsabilidad de proteger y defender los derechos de las mujeres y niñas que sufren violencia sexual en el Cusco. Se requiere una mayor inversión y una mejor gestión de los servicios de atención a las víctimas, así como una mayor sensibilización y educación sobre el tema. Solo así se podrá reducir los altos índices de violencia sexual contra mujeres y niñas en Cusco y garantizar una vida digna y libre de violencia para todas.