Un hecho de violencia, calificado como presunto crimen pasional, conmovió a la ciudad del Cusco el último domingo por la tarde, cuando un suboficial de la Policía Nacional del Perú (PNP), en estado de franco, disparó y dio muerte a un hombre en la calle Manco Cápac, frente al Estadio Inca Garcilaso de la Vega.
De acuerdo con las investigaciones preliminares, la víctima —un vendedor de emolientes— recibió un disparo directo del arma de reglamento del policía, quien lo habría atacado tras identificarlo como pareja de su expareja sentimental. El hombre cayó al suelo gravemente herido y, pese al auxiliado, falleció camino al hospital.
El agresor: un miembro de la Unidad 105
El autor del crimen, identificado como un suboficial brigadier, está adscrito a la Unidad de Emergencias 105 de Cusco. Por tratarse de un caso sensible, la PNP mantiene en reserva su identidad.
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Tras el ataque, el efectivo fue intervenido y permanece detenido en la sede de la División de Investigación Criminal (DIVINCRI) de Cusco por un plazo de 48 horas, mientras avanzan las investigaciones a cargo del Ministerio Público.
Hipótesis: crimen pasional
El comandante PNP Carlos Quispe Amoretti, jefe encargado de la DIVINCRI Cusco, declaró que los primeros indicios apuntan a un móvil pasional.
“El hecho que ha cometido es un hecho criminal y se tiene que investigar. Actualmente permanece detenido en la DIVINCRI, aquí también viene trabajando el Ministerio Público”, sostuvo.
La autoridad policial subrayó que será el Poder Judicial quien determine la situación legal del suboficial involucrado.
Debate sobre control institucional
El caso genera serias interrogantes sobre el control de la PNP respecto al uso de armas de fuego fuera del servicio y sobre las medidas de prevención ante episodios de violencia que involucran a efectivos policiales.
La ciudadanía espera respuestas claras de la institución frente a un hecho que pone en cuestión la responsabilidad y la disciplina que deberían regir a quienes tienen a su cargo la seguridad pública.