La celebración del Inti Raymi 2024 resplandeció en la ciudad imperial del Cusco como un faro de cultura, tradición y prosperidad. Este año, la emblemática Fiesta del Sol no solo honró al astro rey sino que también marcó un hito económico impresionante. Con una asistencia que superó las 45,500 personas, tanto locales como de otros horizontes, la ciudad experimentó un vibrante movimiento turístico.
ABUCHEAN A ALCALDE DE CUSCO EN NEW YORK DURANTE LANZAMIENTO DE INTI RAYMI 2023
La ciudad de Cusco se vistió de gala, recibiendo a miles que acudieron al llamado del Inti Raymi 2024. Entre ellos, destacaron visitantes de Estados Unidos, Brasil y Colombia, así como una notable presencia de turistas nacionales, principalmente de Lima. La distribución de visitantes refleja la universalidad del evento. Un 50% de residentes locales, un 25% de extranjeros y el resto de connacionales, todos convergiendo en un mismo sentir cultural.
Además, la festividad del Inti Raymi es una ventana al mundo que muestra la riqueza de una cultura viva. La escenificación se llevó a cabo en tres actos majestuosos: el Qorikancha, la Plaza Mayor y Sacsayhuamán, atrayendo a cerca de diez mil personas en el primer escenario. Cada lugar, con su historia y misticismo, fue el telón de fondo perfecto para esta representación ancestral.
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Un Evento que revitaliza la economía local
La cifra habla por sí sola. Más de S/ 43 millones de ingresos generados, evidenciaron un aumento del 26.4% en comparación con el año anterior. La ceremonia, que invoca al Dios Sol por prosperidad, parece haber sido escuchada, pues el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) confirmó la proyección del significativo impacto económico.
Los beneficiarios de esta oleada económica son varios, desde agencias de turismo hasta pequeños comercios que vieron incrementar sus ingresos. Los hoteles, restaurantes y guías locales, junto con artesanos y transportistas, todos compartieron el pastel económico que trajo consigo el Inti Raymi.
El Inti Raymi, más allá de ser un evento, es un símbolo de renovación y esperanza. La prosperidad cultural que promueve es palpable en los beneficios económicos y en el orgullo de un pueblo que ve en su tradición un motor de desarrollo sostenible. Este año, el Inti Raymi no solo cumplió con su promesa de prosperidad, sino que también reafirmó su lugar como un pilar de la identidad cusqueña y un atractivo imperdible para el mundo.