La pérdida de bosques en la Amazonía no solo destruye hábitats o empuja especies a la extinción. También modifica la forma en que se ven. Una amplia investigación realizada por científicos brasileños y británicos demostró que las mariposas que habitan áreas deforestadas están perdiendo su riqueza cromática, una señal clara del deterioro ambiental que avanza sobre la selva tropical más biodiversa del planeta.
Un termómetro natural del impacto humano
La Amazonía alberga miles de especies de mariposas que dependen directamente de la vegetación que las rodea. Esta sensibilidad las convierte en indicadores inmediatos de los cambios en el bosque. La investigación, desarrollada en la Amazonía brasileña por especialistas de la Universidad Federal de Pelotas (UFPel), la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS) y el Centro para la Ecología y la Conservación de la Universidad de Exeter, confirmó que la reducción de áreas boscosas está estrechamente relacionada con la pérdida de coloración en sus alas.
Alas que se apagan en medio de la destrucción
El estudio analizó la pigmentación de 60 especies distribuidas en ambientes con distintos niveles de intervención humana. En los bosques intactos, las mariposas mostraron tonos vibrantes: azules eléctricos, rojos intensos, naranjas brillantes o transparencias luminosas. En cambio, en áreas recién deforestadas predominaban colores apagados: marrones, grises y tonalidades cenizas.
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Los científicos clasificaron cada especie según su composición cromática y el tipo de entorno donde vivía. La tendencia fue que a menor cobertura forestal, menor diversidad de colores. El biólogo Ricardo Spaniol, uno de los autores, explicó a la Universidad Federal de Pelotas que este hallazgo no estaba previsto al inicio, pero se volvió imposible de ignorar.
A menor cobertura forestal, menor diversidad de colores. (Foto: Raymê Carvalho)
“Empezamos con una idea un poco diferente, no necesariamente aplicada a los colores, pero fueron estos los que nos llamaron la atención en ese momento y decidimos investigar más a fondo lo que estaba sucediendo con la coloración de las mariposas”, señaló.
La desaparición de la vegetación altera la vida de los insectos
La investigación se desarrolló en áreas pertenecientes al Proyecto de Dinámica Biológica de Fragmentos Forestales, administrado por el Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (Inpa). Este territorio incluye desde grandes extensiones de selva preservada hasta zonas deforestadas, lo que ofreció un escenario ideal para evaluar los contrastes.
Los resultados confirmaron que la composición cromática acompaña las características del hábitat. En los bosques sanos hay diversidad de plantas que alimentan y sostienen a los insectos, mientras que en los lugares degradados la vegetación es limitada y varias especies desaparecen. La morpho azul es una de las más afectadas. Su declive revela, además, el riesgo que enfrenta el equilibrio ecológico.
En los paisajes arrasados sobreviven solo las mariposas cuyos colores se asemejan al entorno quemado, lo que les permite camuflarse entre los restos del bosque perdido.
Una alerta sobre la urgencia de frenar la deforestación
Para los investigadores, la pérdida de color en las mariposas es un síntoma visible del daño profundo que la deforestación causa en los ecosistemas amazónicos. El cambio de tonalidad en estos insectos no es un detalle estético, sino un indicador biológico de un panorama que se vuelve más inhóspito. La Amazonía se apaga, y con ella, las mariposas que alguna vez deslumbraron con sus colores.
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