En Moquegua, el agua potable llega sin restricciones a los grifos de las viviendas más humildes, incluso en las zonas más alejadas. La gobernadora Gilia Gutiérrez Ayala ha priorizado la inversión en proyectos de agua y saneamiento, ampliando la cobertura para miles de familias.
Mientras tanto, en Puno, la realidad es otra: niños y ancianos recorren kilómetros bajo un sol inclemente cargando bidones amarillos, únicos testigos de una crisis que no cesa. Aquí, la sed de justicia no es retórica: es tangible, diaria, y tiene un responsable directo. El gobernador Richard Hancco Soncco ha destinado millones en maquinaria y estadios, mientras el acceso al agua —derecho fundamental— sigue siendo una deuda pendiente para su región.
LA COMPETITIVIDAD QUE PUNO PERDIÓ
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El Índice de Competitividad Regional del Perú (INCORE) 2025 es un espejo cruel para Puno. Con un magro 4. 2 (cuatro punto dos), la región se hunde en el antepenúltimo lugar, solo por encima de Loreto y Ucayali. ¿La razón principal? La brutal brecha en agua potable. Mientras Moquegua, liderada por la gobernadora Gilia Gutiérrez, ostenta el primer lugar con 7. 4 (siete punto 4) —por cuarto año consecutivo—, Puno languidece con un 71 % de su población rural sin acceso a agua segura.
El INCORE no es un papel burocrático: mide salud, educación, infraestructura. En Puno, la ausencia de agua potable envenena todo. Niños con parasitosis, mujeres que gastan horas en acarrear agua turbia, cultivos que se marchitan. Hancco ha ignorado esto. Sus prioridades son otras: doscientos millones de soles en maquinaria pesada (¿para qué, si no hay carreteras concluidas?), estadios que lucen vacíos, mientras el presupuesto para agua potable en el Gobierno Regional Puno no existe.
UNA TRAICIÓN A LOS ORÍGENES
Hancco llegó al poder prometiendo ser la voz de los olvidados, el líder que entendería las necesidades de las comunidades quechuas y aymaras porque, según decía, venía de ellas. Pero hoy, su administración es una burla a esos mismos votantes que confiaron en él. Mientras Gilia Gutiérrez en Moquegua —una región con menos presupuesto pero más voluntad política— avanza a paso firme para cerrar la brecha de agua potable, en Puno el tiempo parece haberse detenido. O peor: retrocedido.
El contraste no podría ser más cruel. En Moquegua, el gobierno regional publica fotografías de ancianos que, por primera vez en sus vidas, abren un grifo en sus hogares. En Puno, las imágenes son otras: madres lavando ropa en charcos contaminados, niños bebiendo agua turbia que les provoca diarreas crónicas.
PUNO: LA BRECHA DE AGUA POTABLE QUE NOS AVERGÜENZA
Moquegua: Un modelo de eficiencia
Los datos del Plan Regional de Saneamiento Moquegua 2021-2025 revelan un panorama ejemplar:
- Cobertura urbana: 99.3% (solo 1,165 personas sin acceso)
- Cobertura rural: 91.8% (brecha de 8.2%)
- Brecha regional total: 2.1% (3,075 personas)
Logro clave: El 97.9% de los moqueguanos cuenta con agua gestionada de manera segura.
Puno: La emergencia olvidada
El Plan Regional de Saneamiento Puno 2021-2025 expone una realidad diametralmente opuesta: Brecha regional: 71% (la segunda más alta del país) Zonas urbanas: 15.7% sin acceso (105,980 habitantes) Zonas rurales: 74.3% en emergencia (419,043 personas) Crisis de calidad: Solo 15.8% recibe agua con cloro residual adecuado La paradoja surandina Mientras Moquegua (con menos recursos) acerca el agua al 98% de su población, Puno (con mayor presupuesto) mantiene a:
- 585,124 personas bebiendo agua no segura.
- 419,043 campesinos en condiciones similares al siglo XIX
Estos números no son estadísticas frías. Representan niños con parasitosis, mujeres acarreando bidones, ancianos bebiendo agua sucia. Mientras Moquegua avanza, ¿cuántas generaciones puneñas más seguirán esperando?
https://ibb.co/Jj843ZrV PUNO: PRIORIDAD EQUIVOCADA – MAQUINARIA VERSUS AGUA POTABLE
Una obra necesaria, pero insuficiente
El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), a través del Programa Nacional de Saneamiento Rural (PNSR), inauguró recientemente un proyecto de agua potable y saneamiento básicoen el centro poblado de Toma, Muñani (Azángaro), beneficiando a 254 habitantescon una inversión de S/ 7.4 millones.
Mientras el gobierno nacional ejecuta estas obras urgentes, el Gobierno Regional de Puno, bajo el mando de Richard Hancco, ha destinado más de S/ 200 millones a la compra de maquinaria pesada, y construcción de estadios, en lugar de resolver el drama del agua.
¿Cuánto más podría haberse hecho? Con los S/ 200 millones malgastados en maquinarias que no cierran brechas sociales, se hubiera podido financiar: 25 proyectos de agua y saneamiento (considerando un costo promedio de S/ 8 millones por comunidad). Beneficiar a más de 6,350 personas (si cada proyecto atiende a unas 254, como en Toma). Responsabilidad compartida (pero no igualitaria) Los alcaldes: En lugar de construir canchas de grass sintéticoo remodelar plazas sin sentido (como en Ilave), deberían priorizar proyectos de agua y alcantarillado en centros poblados (expedientes técnicos para ser financiados por el gobierno regional Puno por convenio). Una contradicción inaceptable En la macrorregión sur, Puno se mantiene como la única región rezagada en la lucha contra la pobreza, particularmente en el acceso a agua potable y saneamiento básico. El problema no es la falta de recursos, sino su mala asignación: Presupuesto de Inversión Pública 2025 (PIM): Puno: S/ 900,003,475 (millones) Moquegua: S/ 244,651,898 (millones) La gran ironía A pesar de contar con casi cuatro veces más presupuesto que Moquegua, Puno: No logra cerrar su brecha de agua potale (71% en zonas rurales). Invierte en maquinaria y estadios, no en agua potable. Desperdicia oportunidades de desarrollo, mientras Moquegua avanza. ¿Dónde está el dinero? Moquegua, con menos recursos, demuestra que la clave está en la priorización:
- Invierte estratégicamente en sistemas de agua potable rural.
- Ejecuta eficientemente sus proyectos.
- Reduce la pobreza con políticas públicas claras.
Mientras tanto, Puno sigue enterrando millones en obras que no resuelven la sed de su gente de las comunidades y centros poblados.
Richard Hancco dirá que Moquegua tiene grandes mineras
Hancco saldrá afirmando que «Moquegua tiene grandes mineras y Puno no», y por eso necesitamos 20 Minsur. Ese será su discurso, pero esa idea no es cierta.
Hancco (900,003,475) tiene un presupuesto millonario, incluso mayor que el de Moquegua, y no hace nada para ejecutar proyectos de agua potable y saneamiento. La diferencia de presupuesto entre Puno y Moquegua supera los 655,351,577 millones de soles.
Hay plata como cancha, gracias al presupuesto gestionado en 2019 mediante la Ley FONCOR, y debe ejecutarse en proyectos de agua potable.
¿QUÉ TIENE QUE HACER RICHARD HANCCO?
El gobernador Richard Hancco debe valorar el legado del expresidente regional Mauricio Rodríguez, quien en julio de 2013 anunció la ejecución de 76 proyectos de saneamiento básico rural en Puno.
«La verdadera inclusión social comienza con agua potable y saneamiento básico para las comunidades de Puno. Un baño digno para una familia campesina marca un salto cualitativo en su vida, transformándola radicalmente. Con estas obras, reduciremos la incidencia de enfermedades diarreicas agudas y parasitosis en los niños», destacó Rodríguez, entonces presidente del Gobierno Regional de Puno, durante la entrega de cheques a los 54 alcaldes beneficiados por el modelo SABA.
Inversión en agua potable en otras regiones: ¿Qué debe considerar Richard Hancco?
Moquegua (25 de junio) El Gobierno Regional de Moquegua garantizó acceso a agua potable para las comunidades de Coroise y Pacchani, mejorando la calidad de vida de familias rurales. «Seguimos trabajando por un futuro con más salud, bienestar y desarrollo», destacaron.
La Libertad (2 de junio) Más de 10 mil personas tendrán acceso a agua potable y alcantarillado gracias al mecanismo de Obras por Impuestos. «Cerramos brechas y llevamos progreso donde más se necesita», resaltó el GORE.
Lambayeque (4 de julio) Inversión histórica de 5 millones de soles en el Centro Poblado Janque-Inkawasi: Sistema de agua potable con reservorio de 20m³ 8 km de red de distribución y 188 conexiones domiciliarias Planta de tratamiento de aguas residuales «Ningún rincón de Lambayeque queda fuera de nuestra agenda de desarrollo», (Gobierno Regional de Lambayeque).
Cusco (13 de junio) Proyecto de 6 millones de soles para 1,295 habitantes de San Lorenzo-Ocobamba: Expediente técnico en fase final Sistema de agua y saneamiento básico priorizado «Avanzamos con responsabilidad y enfoque territorial», sostuvo la Gerencia de Vivienda.
PUNO SIGUE ESPERANDO AGUA, MIENTRAS HANCCO NO ACTÚA
Los datos no mienten: Puno es una de las regiones con mayor rezago en acceso a agua potable, mientras que otras como Moquegua, La Libertad, Lambayeque y Cusco avanzan con obras concretas. A pesar de contar con presupuesto millonario (incluso superior al de Moquegua), Richard Hancco no ha priorizado este derecho básico. Las cifras lo demuestran:
110 distritos en Puno, y 61 de ellos tienen menos del 25% de conexiones a red de agua. Solo 3 distritos superan el 75% de cobertura, pero ninguno llega al 100%. Comunidades enteras siguen consumiendo agua contaminada, aumentando enfermedades y mortalidad infantil (Defensoría del Pueblo 2022)
Hancco no necesita inventar excusas, sino aprender de otros gobernadores. Tiene los recursos, pero le falta voluntad política.
Se exige:
–Ejecución inmediata de proyectos de agua y alcantarillado en comunidades olvidadas. Reactivar el modelo SABA, como en 2013, cuando se ejecutaron 76 proyectos de saneamiento, y dejar para el nuevo gobernador expedientes tecnicos en convenio con municipalidades distritales y provinciales.
No es un favor, es su obligación. El agua no puede seguir siendo un privilegio en Puno.
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