La región de Ayacucho enfrenta una preocupante ola de violencia contra la mujer. Solo en los primeros meses del año, tres mujeres han sido asesinadas brutalmente en circunstancias, dos de los casos apuntan directamente a sus exparejas. Sin embargo, ninguno de estos crímenes ha sido resuelto, y los principales sospechosos continúan prófugos, generando dolor, indignación y una profunda sensación de desprotección entre los familiares de las víctimas.
Sandra Quispe Mucha: el sueño truncado de una joven madre
A inicios de marzo, la ciudad se conmocionó con la trágica muerte de Sandra Quispe Mucha, una joven estudiante de Enfermería de 26 años, madre de una niña de siete. Sandra fue asesinada de un disparo mientras regresaba en mototaxi a su vivienda en el distrito de Tambo, provincia de La Mar, tras asistir a un cortamonte junto a su amiga Katherine Quispe Palomino. El principal sospechoso es Joel Torres Soto, su pareja sentimental, con quien habría tenido una fuerte discusión por motivos de celos.
Según testigos y familiares, Torres Soto huyó del lugar junto a un cómplice a bordo de un automóvil, y hasta la fecha permanece no habido. La joven, oriunda del distrito de Pichari (Vraem), trabajaba y estudiaba en Ayacucho, con la esperanza de convertirse en enfermera y ayudar a su comunidad. Hoy, su familia exige justicia, temiendo que el caso quede impune.
-
Recomendados:
- Más de cien personas se beneficiarán de una olla común sostenible en Carabayllo
- Discriminación en Cusco: Fiorella Ras Viani se disculpa tras escupir e insultar a vigilante
- Objetos usados por papa Francisco en visita a Trujillo pueden ser apreciados por el público
Lucía Gabriela Bravo: psicóloga víctima de un amor enfermo
El caso de Lucía Gabriela Bravo López, una psicóloga de 21 años, ha sido otro golpe devastador para la región. El 13 de abril, su cuerpo fue hallado envuelto en una frazada al fondo de un barranco en el sector de Campanayocc, distrito de Carmen Alto. El crimen, marcado por una crueldad extrema, señala como principal sospechoso a su expareja Erasmo Aguilar Cordero, de 31 años, entrenador de gimnasio.
Lucía había denunciado hostigamiento constante y contaba con una orden de alejamiento vigente. A pesar de las denuncias y un video donde Aguilar la acosa en plena vía pública, fue liberado anteriormente por “falta de pruebas”. Hoy, continúa prófugo, mientras su familia denuncia la pasividad de las autoridades y exige acciones concretas.
Rita Miguel Cervan: una madre atacada a sangre fría
Durante la Semana Santa, otra tragedia enlutó a la región. Rita Miguel Cervan, madre de cuatro hijos, fue asesinada a balazos el 12 de abril mientras regresaba a casa tras retirar dinero de un agente bancario. El ataque ocurrió en la zona de Inti Gas, San Juan. Aunque fue llevada al hospital de EsSalud, no logró sobrevivir.
Rita era natural del distrito de Unión Asháninka, en el Vraem. Sus hijas han pedido una investigación a fondo, pero hasta el momento no se ha identificado a los responsables del crimen. El caso, marcado por la falta de información y el estancamiento de las pesquisas, es otro ejemplo de la inacción estatal.
Estos tres casos reflejan una dolorosa realidad: la justicia sigue siendo esquiva para las mujeres asesinadas en Ayacucho. Las familias exigen no solo la captura de los culpables, sino una reforma estructural que garantice protección real y eficaz frente a la violencia de género. Mientras tanto, las víctimas ya no pueden alzar la voz. Solo queda el eco de sus sueños, frustrados por un sistema que aún no responde. A estos casos se debe agregar el último asesinato y descuartizamiento de la joven estudiante de Enfermería Olga Huamán Sulca (23) cuyos autores ya están en manos de las autoridades.
Lea la nota original aquí o visita el medio Diario Jornada