La Organización Mundial del Turismo (OMT) calificó al 2020 como “el peor año de la historia del turismo”, el turismo retrocedió 30 años a causa de la pandemia de la Covid 19 en Cusco.
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La recepción de viajeros en destinos de todo el mundo cayó en 74% respecto al año anterior. Pero en el Perú, el principal atractivo turístico que está en Cusco, a la fecha, el turismo receptivo no llega al 12% de lo que fue el año 2019.
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Mira: (Video) Desastres naturales afectan la reactivación del turismo en Cusco
El turismo genera empleo directo e indirecto. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), durante la primera ola de la pandemia por covid-19, se perdieron 154 mil empleos que dependen de la actividad turística en el sur del Perú.
Un año después, Cusco registra una caída de 5 puestos en el Índice de Competitividad Regional (INCORE), elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE). La caída del empleo formal es la principal causa.
Las medidas sanitarias impuestas por el gobierno continúan restringiendo las actividades económicas, sobre todo las relacionadas con la rama turística. La carrera cuesta arriba que emprendió este sector desde 1990, se detuvo abruptamente el 2020. Así, el golpe de la pandemia ocasionó pérdida de empleos e ingresos y la economía de miles de familias cusqueñas sigue sin encontrar donde apoyarse.
Turismo no sale de UCI
Según datos del Centro de Estudios Empresariales de la Cámara de Comercio de Cusco (CEE), el turismo receptivo no logra recuperarse siendo el sector más golpeado al no llegar al 12% de lo que fue el año 2019.
El turismo receptivo es el que llega del extranjero, el que tiene mayor capacidad de gasto y consume más en comercios locales. En su mayoría contrata paquetes turísticos y se queda más días en las rutas turísticas. Esto ahora no está ocurriendo.
Los principales factores que ocasionan este retraso en la reactivación del turismo, son limitaciones impuestas por el mismo Estado peruano. La limitada venta de entradas a Machupicchu (principal motivo de viaje al Cusco), las restricciones por la pandemia a vuelos internacionales y el difícil acceso a pruebas PCR.
Por otro lado, la crisis política interna que ha desatado huelgas y convulsiones sociales, el limitado acceso a financiamiento de las empresas afectadas y la falta de incentivos tributarios ahonda la crisis y ralentiza la recuperación del sector. A esto se suman factores externos como el cierre de fronteras en diversos países.
Machu Picchu con menos visitas
De enero a noviembre del 2019 entre turistas nacionales y extranjeros se registraron 1 millón de visitas a Machupicchu; en el 2021 las visitas se redujeron a 398 mil visitas, es decir cayeron en 72%.
La cifra ni siquiera alcanza a las visitas recibidas en temporada baja (de noviembre a marzo) en 2019, antes de la pandemia.
Hospedajes vacíos
Según el Presidente de la Cámara Hotelera de Cusco, Henry Yabar, su sector solo se ha recuperado un 20% desde que se abrieron las fronteras.
En cifras, el 2021 se han registrado un millón menos de arribos a hospedajes de turistas que en el 2019. De ese total el 79% son turistas nacionales y 21% internacionales. La mayor cantidad de visitantes nacionales se debe a la promoción del turismo interno. Pero esto no aporta de manera considerable a la recuperación económica de estas empresas.
Los extranjeros se quedan de dos a tres noches promedio por destino turístico, mientras que los nacionales se quedan entre una y dos noches. Los hoteles de cinco estrellas redujeron sus tarifas hasta en un 12.4% y los hoteles de cuatro y tres estrellas registraron una reducción del 6.8% y 6.2%, según datos del CEE.
Los bajos costos promocionales para captar clientes no permitieron cubrir los gastos operativos y tampoco pagar los préstamos bancarios. El cierre de fronteras para evitar la propagación del Covid-19, limitó el ingreso de turistas extranjeros, público objetivo de hoteles de cinco estrellas. Esto redujo en 86% sus ingresos respecto al año 2019.
Las grandes cadenas hoteleras optaron por pasar a sus trabajadores a la figura de Suspensión Perfecta, avalada por el estado como medida temporal tras el cierre comercial debido a la pandemia.
La lenta y en algunos casos nula reactivación, ha hecho que la medida se extienda hasta por 18 meses y ahora se está evaluando aplicar Ceses Colectivos. Es el caso de la importante cadena de hoteles Costa del Sol, donde un grupo de trabajadores realizaron un plantón el 27 de diciembre exigiendo no ser despedidos.
Aeropuerto a medio vuelo
En marzo de 2020, el gobierno dispuso estado de emergencia nacional a causa de la pandemia por Covid19. La medida contempló el cierre de fronteras internacionales y departamentales. Consecuentemente, y durante meses, ninguna aeronave sobrevoló el siempre concurrido aeropuerto de la ciudad imperial.
En julio del mismo año se recibió el primer vuelo interprovincial en Cusco, luego del cierre aeroportuario. Pero las fronteras aéreas aún permanecieron cerradas hasta octubre. Desde entonces, en Cusco se registró un notable declive en la afluencia al Aeropuerto Internacional Velasco Astete.
De enero a noviembre de 2021 entre llegada y salida de vuelos, se alcanzó a 1 millón de arribos. Sin embargo, aún no se alcanzan cifras pre pandemia. El 2019 la cifra de arribos fue de 3 millones; es decir el triple.