El Gasoducto Sur Peruano (GSP) ha sido una promesa de distintos gobiernos, pero hasta la fecha no se ha hecho realidad. La abogada Greta Castillo Mendoza recuerda que “tres presidentes han tenido intervención en el GSP sin que este proyecto se pueda concretar”, a pesar de su importancia para el desarrollo del sur del país. El proyecto avanza lentamente mientras el Estado sigue invirtiendo en su mantenimiento y enfrenta compromisos financieros.
Agricultores de Cusco decepcionados con audiencia descentralizada de la Comisión Agraria del Congreso
Mientras tanto, el Estado ha gastado alrededor de 360 millones de dólares en el mantenimiento de los tubos del gasoducto y debe pagar 200 millones a Enagás tras un arbitraje en el Ciadi. Según Osinergmin, el GSP tiene un avance del 37% y el Estado es “supuestamente” titular de los tubos, que representan más del 50% de la inversión total estimada en 4,430 millones de dólares. “Quizá deberíamos preguntarnos si el no actuar de las autoridades, podría considerarse como una omisión a sus funciones de garantizar la llamada ‘Seguridad Energética’”, cuestiona Castillo Mendoza.
Más allá de los desafíos, la abogada destaca que el gasoducto permitiría “garantizar la confiabilidad del sistema” y reducir la vulnerabilidad del país ante fallas energéticas. Además, resalta que “al promover la continuación del proyecto GSP, también lograremos la inversión en más exploración”, lo que generaría empleo y beneficiaría a la economía del sur.
-
Recomendados:
- Monumentos históricos desprotegidos preocupan a autoridades en Cusco
- Beneficios tributarios para cooperativas agrarias impulsan el desarrollo rural
- Lourdes Flores le pide a Keiko Fujimori ya no postular a la presidencia "No te presentes"
Gasoducto Sur Peruano puede transformar la región
Promover la reactivación del GSP no solo garantizaría el abastecimiento de gas natural en el sur, sino que también impulsaría la exploración y la generación de empleo. La inversión en infraestructura energética es clave para la estabilidad económica y la reducción de costos en el suministro eléctrico. El tiempo apremia, y postergar la decisión solo aumentará los costos y las dificultades para concretar un proyecto que puede transformar la región.