La inseguridad ha llegado a niveles incontrolables no solo en Ayacucho, sino en todo el país, donde organizaciones criminales dedicadas a la extorsión tendrían como nuevas víctimas a los pequeños empresarios que existen en la ciudad.
El gerente general de la Cámara de Comercio de Ayacucho, Iver Quispe de la Cruz, indicó que se han registrado casos aislados, pero que formalmente no recibieron denuncias de extorsiones contra el sector empresarial.
“De darse este tipo de casos traería muchas consecuencias negativas por cuanto los pequeños empresarios tendrían que tener costos adicionales para el pago a los delincuentes con tal de que no atenten contra su vida o la integridad de sus familias”, comentó.
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Además, advirtió que este sector enfrenta una crisis debido al aumento de la inseguridad, lo que ha provocado un clima de temor y desconfianza entre los comerciantes y emprendedores locales.
“Es preocupante que nuestros empresarios se sientan inseguros en su propio entorno. La extorsión es un delito que afecta no solo a las víctimas, sino también a la economía local”, precisó.
Bajo este escenario, solicitó a las autoridades una respuesta inmediata para fortalecer la seguridad, donde se implementen medidas efectivas, como un aumento en la presencia policial y la ejecución de programas de prevención del delito.
“Es fundamental que las autoridades trabajen en conjunto con el sector privado para crear un ambiente seguro que fomente la inversión y el crecimiento. No podemos permitir que la inseguridad frene el potencial que tiene Ayacucho”, precisó.
Agregó que este problema también está relacionado con el desempleo masivo y la informalidad, ya que la presencia de los delincuentes dedicados a esta actividad ilícita implica que muchos pequeños emprendedores opten por cerrar sus negocios.
– Hace días se dio con la captura de dos ciudadanos colombianos implicados en el delito “gota a gota”, una modalidad de extorsión que consiste otorgar préstamos fáciles y rápido a las personas que tienen problemas económicos.
– Una de sus víctimas era una humilde comerciante a quien le pedían 200 mil.
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