Problemas en la venta de entradas obligan a viajeros a quedarse más días y encarecen su visita.
La crisis generada por el nuevo protocolo de venta de entradas presenciales a Machu Picchu sigue afectando gravemente a los visitantes nacionales y extranjeros. A ocho días de su implementación, no solo no hay solución, sino que el problema se ha agudizado: los turistas que no consiguen entradas para el mismo día se ven obligados a permanecer una noche más en el distrito de Machupicchu Pueblo, situación que algunos empresarios están aprovechando para incrementar drásticamente las tarifas de hospedajes, hoteles y restaurantes.
Según denuncias de visitantes, los costos de alojamiento y alimentación se han duplicado, afectando directamente la economía de quienes viajan con presupuesto limitado. Esta práctica ha generado indignación y preocupación en el sector turístico.
El gerente regional de Comercio Exterior, Turismo y Artesanía del Cusco, Rosendo Baca, confirmó que algunos operadores y establecimientos han elevado sus tarifas de forma abusiva, y pidió la intervención de las autoridades competentes para frenar este aprovechamiento.
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Alternativas
Ante esta situación, muchos viajeros han optado por desplazarse a Santa Teresa (La Convención), donde los precios son considerablemente más bajos y se pueden visitar otros atractivos turísticos mientras esperan su ingreso a la ciudadela inca. Sin embargo, Baca advirtió que esta no es una solución sostenible y anunció que se convocará a una reunión entre hoteleros, restauranteros y autoridades locales para buscar medidas urgentes.
La situación pone nuevamente sobre la mesa la necesidad de gestionar de forma eficiente el acceso a Machu Picchu, principal atractivo turístico del Perú y Patrimonio Mundial de la Humanidad, evitando que las fallas administrativas se conviertan en oportunidades de abuso económico contra los viajeros.