La región de Puno se encuentra en el epicentro de la recesión económica, que afecta a todo el Perú. La Cámara de Comercio y la Producción ha realizado un análisis sobre el perjuicio en varios sectores: turismo, agricultura, minería y servicios. Pero ¿por qué Puno es una de las regiones más golpeadas con esta crisis?
Francisco Aquise, presidente de la Cámara de Comercio y la Producción de Puno, señala que la región altiplánica ha registrado una cifra negativa de crecimiento económico: -13. Esta caída comenzó durante la pandemia, pero se agravó durante las protestas que ocurrieron entre diciembre y enero.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los empresarios en Puno es el sistema financiero. La dificultad para pagar créditos y la alta morosidad los ha llevado a ser considerados no elegibles para futuros préstamos por parte de los bancos.
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Aquise compara la situación actual con el periodo previo a la pandemia en 2019, cuando el turismo había logrado recuperar un 50% de sus actividades. Sin embargo, en 2023 apenas han alcanzado un 25%, lo que significa que solo se ha reactivado una cuarta parte del sector.
El presidente del gremio empresarial explica que los programas implementados por el Estado, como «Con Punche Perú«, no han tenido un gran impacto en los emprendedores y el sector empresarial. Por lo tanto, el gobierno regional está coordinando una serie de actividades para reactivar la economía local.
Sur golpeado: Arequipa también sufre
Por otro lado, Gonzalo Velarde, economista y socio de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, señala que el sur del país está pagando las consecuencias de los problemas políticos surgidos entre diciembre y el primer trimestre de este año. Las protestas sociales contra el régimen de Dina Boluarte generaron un desequilibrio económico, a lo que se suman los efectos del conflicto entre Rusia y Ucrania, así como los impactos del Fenómeno de El Niño.
Velarde argumenta que, dado que Perú es un país minero, debe centrarse en fortalecer este sector, impulsando proyectos como Zafranal, previsto para 2025, o la puesta en marcha de Tía María.
El sector textil, uno de los pilares de la economía peruana, ha experimentado una contracción de alrededor del 10%. La compleja situación en Europa y los conflictos en Oriente Medio han afectado seriamente su mercado, que es principalmente asiático-europeo. A pesar de estos obstáculos, las empresas textiles buscan nuevas estrategias y mercados para mantenerse a flote.
El sector de servicios es otro de los afectados, con una marcada disminución en la contratación de personal.
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