Cusco es una de las regiones más afectadas por la pandemia y las protestas que se dieron a finales del 2022 y principios del 2023. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), su crecimiento económico es de los más lentos del país y no ha recuperado los niveles del 2019. La mayoría de los sectores están en crisis, especialmente el turismo y la agricultura.
Recesión y turismo en Cusco: un futuro incierto
El turismo, que es una de las principales fuentes de ingresos de la región, se ha visto paralizado por casi cuatro meses debido al bloqueo de las vías y el intento de tomar el aeropuerto por parte de los manifestantes. Estos hechos generaron una mala imagen internacional de Cusco y afectaron la llegada de visitantes extranjeros.
El IPE y el Instituto Peruano de Economía estiman que el sector turístico perdió al menos S/450 millones entre diciembre del 2022 y marzo del 2023. Un ejemplo claro de esta situación es Machupicchu, donde solo llega la mitad de turistas que en el 2019.
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La agricultura, que es el sector que emplea a más del 40% de los trabajadores de la región, también está en decadencia. El IPE advierte que el crecimiento agrario ha sido negativo por cuatro trimestres consecutivos y que los campesinos son informales en su mayoría.
Esto implica un bajo nivel de productividad laboral y un ingreso promedio de S/ 7 mil al año por trabajador. La falta de abono ha sido uno de los factores que ha golpeado a la agricultura.
Crisis económica y social por la falta de inversión en servicios básicos
Además de la pandemia y las protestas, Cusco enfrenta una crisis social por la falta de inversión en servicios básicos. El crecimiento que tuvo la región en años anteriores no se tradujo en un cierre de brechas, sino que se acentuó la desigualdad. Gran parte de la población carece de agua potable, electrificación, carreteras, salud, educación e Internet.
En la ciudad de Cusco, el 90% de los habitantes tiene acceso a estos servicios, pero en el distrito de Megantoni solo el 3%. En promedio, solo el 56% de la población cusqueña cuenta con los servicios esenciales.
Esta situación pone en evidencia la mala gestión de las autoridades, que no han sabido invertir bien los recursos. Cusco es una de las regiones con más potencial turístico, minero y cultural del país, pero también una de las más golpeadas por la crisis económica y social. Se necesita un plan de reactivación urgente que atienda las demandas de la población y que aproveche las oportunidades de desarrollo.