El proyecto vial Carretera Río Blanco-Mollepata se alza como una esperanza para dinamizar el turismo en Cusco y beneficiar el comercio de productos agrícolas en el distrito de Anta beneficiando a toda la región. Pero más allá de eso, esta obra destaca como un ejemplo de cooperación entre autoridades y ciudadanos. La nueva vía de 10 kilómetros no solo conecta territorios sino que ha unido a la ciudadanía y a las autoridades en una cultura de integridad para ejecutar obras públicas con transparencia.
Una obra esperada por años
La Carretera Río Blanco-Mollepata ofrece una alternativa de acceso a Machupicchu y a otros complejos arqueológicos como Choquequirao y atractivos naturales como la laguna de Humantay. El nuevo camino no solo beneficia a los residentes locales facilitando el tránsito vehicular, sino que también impulsa la agricultura y atrae turistas al ofrecer hermosos paisajes y una conexión directa con sitios históricos de la región del Cusco.
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Victoria Palomino, miembro de la Federación de Mujeres Campesinas de Anta, señala que esta vía mejorará la calidad de vida de más de 5 mil habitantes en su provincia. «Es muy importante esta pista porque va promover la afluencia del turismo, minimizar el tiempo de viaje a Mollepata, Humantay y Choquequirao. Por otro lado también va articular las comunidades y dinamizar la fruticultura porque ahora la palta se exporta a buen precio», expresa.
Por su parte, Evangelina Tumpay, residente de Anta y dirigente social de mujeres señala que toda obra significa desarrollo para los pueblos. «Al facilitar la afluencia del turismo, las hermanas mujeres pueden emprender.»
Vigilancia ciudadana en la carretera Río Blanco-Mollepata: hacia una cultura de integridad en Cusco
Pero, más allá de su utilidad, un aspecto destacado de esta obra es la participación activa de la ciudadanía. La cooperación entre autoridades y ciudadanos, marca un ejemplo de cómo construir una cultura de integridad y participación en la gestión pública.
Victoria y Evangelina coinciden que tuvieron que esperar muchos años para que esta obra sea una realidad. En ese sentido, la incertidumbre de la espera las motivó a involucrarse en la vigilancia ciudadana.
«Como ciudadanos estamos en el deber de fiscalizar, esta obra se ha arrastrado por mucho tiempo. Por eso ahora les decimos a las autoridades que las obras no deben ser un centro de distracción, sino de acción y que se garantice su utilidad por muchos años», expresa Evangelina.
«Estamos llegando a un nivel de corrupción donde ni las autoridades pueden hacer respetar, sino los equipos o partidos políticos propician la corrupción y nadie dice nada. Por eso nosotros nos involucramos como sociedad a esta fiscalización para poder erradicar esa corrupción. Gobierno tras gobierno, por esta corrupción, los pueblos no están desarrollándose como se debe», explica Victoria, una de las veedoras ciudadanas de esta obra
Red de integridad Cusco
A través de la Red de Integridad Cusco, creada en diciembre de 2020, diversos actores de la sociedad civil han actuado como veedores de este proyecto. Ellos han aplicado la guía de los estándares de integridad en obras públicas del Proyecto de Inversión Pública Transparente (TPI), financiado por USAID. Esta metodología busca garantizar que las obras públicas se realicen con los más altos niveles de ética y eficiencia.
Los 15 estándares de integridad para la vigilancia de obras públicas son una herramienta para garantizar transparencia en la contratación, seguimiento detallado de los procesos y medidas contra la corrupción. También asegura que se cumplan las recomendaciones para situaciones adversas, identificadas por la Contraloría General de la República.
Mery Fresia Alvarez Gonzáles y Abdías Quispe Huaracka, son dos jóvenes egresados de la facultad de economía de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco – UNSAAC, miembros de la Red de Integridad, que han sido capacitados a través del proyecto TPI de USAID para realizar la veeduría ciudadana en la obra pública de la carretera Río Blanco-Mollepata. Ahora, luego de esa experiencia, los dos jóvenes están interesados en hacer carrera en el sector público y tienen un claro horizonte de la importancia de la cultura de integridad.
«Somos parte de la solución»
«Nosotros también podemos ser parte de la solución de los problemas sociales, económicos o políticos porque muchas cosas están en nuestras manos y a veces es necesario ser parte de estos espacios como veedores. Aunque otras personas piensen que es una pérdida de tiempo, la verdad es que los frutos se ven con el paso del tiempo. Lo que esperamos como Red de Integridad de Cusco es que los proyectos lleguen a las personas que realmente lo necesitan, entonces, con la vigilancia ciudadana, tratamos de prevenir las obras paralizadas porque como sociedad estamos muy cansados de eso», expresa Fresia.
Por su parte, Abdías cuenta que aprendió mucho de esta experiencia de veeduría en la carretera Río Blanco-Mollepata, sobre todo de cómo propiciar una cultura de integridad. «Cuando agarro un expediente, verifico los contratos, los pagos, las conformidades, siento que estoy aprendiendo. Tengo planes de asumir funciones públicas y para ello me va a servir. Ya voy a conocer como se debe llevar una ejecución de obra para no caer en faltas de inconducta funcional como la corrupción. Siento que voy a estar preparado y capacitado para asumir esas funciones.»
En la vigilancia de la carretera Río Blanco-Mollepata, un proyecto emblemático en la provincia de Anta, la Red de Integridad Cusco llevó a cabo una veeduría sobre la adquisición de combustible diesel para esta obra. Fresia y Abdías aplicaron rigurosamente los estándares de integridad 12 y 13. Estos estándares exigen justificación oportuna para adicionales y ampliaciones de plazo (estándar 12) y emisión puntual de conformidades y pagos (estándar 13) exigidos por la Ley N°30225, Ley de Contrataciones del Estado.
Hallazgos y Resultados
La veeduría realizada comenzó en abril del 2024 cuando el Gobierno Regional del Cusco (GORE) respondió a la solicitud de acceso a la información que hizo la Red de Integridad con un extenso archivo digital. Los dos jóvenes profesionales analizaron minuciosamente esta información.
El primer hallazgo mostró que se realizaron tres entregas contractuales de diesel y una adicional. Además dos de las cuatro conformidades no se emitieron a tiempo, aunque los pagos sí se realizaron según lo previsto. El análisis del archivo del GORE incluyó documentos clave, como la Orden de Compra No. 4016-2023 por 12,626 galones de diesel, y la Resolución de Gerencia General Regional No. 202-2023-GR CUSCO/GRAD, que aprobó un adicional del 25% del contrato.
La veeduría reveló que el estándar de integridad 12 se cumplió con la aprobación oportuna de adicionales y ampliaciones de plazo. Ambos se realizaron antes de la culminación del contrato, el 19 de octubre de 2023. Sin embargo el Estándar de Integridad 13 se cumplió parcialmente porque dos de las cuatro conformidades no se emitieron dentro del plazo establecido. Para la contabilidad de los plazos se tiene que ver desde su ingreso al almacén y en ambos casos sobrepasan el límite de los 7 días.
Recomendaciones de la Red de Integridad Cusco
La recomendación al GORE Cusco fue prestar atención a los indicadores de integridad, cumplir con los plazos establecidos por la ley y responder de manera ordenada a las solicitudes de información pública. Además, se sugiere gestionar diligentemente los adicionales y ampliaciones de plazo para bienes y servicios. Todo esto permitirá cultivar una cultura de integridad que nació en la veeduría ciudadana de la obra carretera Río Blanco Mollepata de Cusco.
La solución: Colaboración entre la comunidad y el gobierno
Al momento de recibir el informe de la veeduría ciudadana, el Ing. Mario Johan Ascue Escalante, residente de la obra, agradeció el acompañamiento y felicitó el trabajo de la Red de Integridad. Además, solicitó la guía de los estándares de integridad para poder compartirla con el personal administrativo para que puedan aplicarla en su trabajo diario.
«Agradecidos porque las observaciones que nos han hecho, ya no las vamos a repetir porque ahora vamos a tener en cuenta estos estándares para cumplir lo que dice la ley de contrataciones. Nos sirve como lección aprendida que nos hagan ver nuestros errores y ese aporte es muy valioso», indicó Ascue Escalante.
Asimismo, Nexon Mora Carrillo, inspector de la obra carretera Río Blanco-Mollepata, resaltó el estudio realizado por los jóvenes veedores de la Red de Integridad y pidió que esa labor se extienda a todas las obras del Gobierno Regional del Cusco. «El estudio que han hecho nos ayuda a no volver a cometer esos errores. Por eso, considero que estos trabajos deben de realizarse en todas las obras, porque nos ayuda bastante para no caer en estos problemas.»
Empoderar a la ciudadanía
Los resultados de la vigilancia organizada a través de la Red de Integridad Cusco demuestran cómo la participación ciudadana puede influir positivamente para asegurar la transparencia en la gestión de proyectos públicos. Además, la herramienta de los estándares de integridad en obras públicas que proporciona el proyecto TPI facilita el acompañamiento de la población a la gestión Estatal.
Gionel Ovalle, presidente de la Red de Integridad Cusco es enfático en señalar que una cultura de integridad es base para el desarrollo de una sociedad. «El objetivo de la Red de Integridad es promover la participación ciudadana para hacer ciudadanos más conscientes que sepan sus deberes y derechos. Necesitamos que nuestra ciudadanía sea vigilante y participativa. Con esa conciencia, podemos promover un clima de integridad en la región y lograr que los proyectos cumplan con el objetivo previsto y en el tiempo previsto».
«Que venga el buen ejemplo»
Para el gobernador regional del Cusco, Werner Salcedo, la integridad en la gestión pública debe empoderarse cada día más. «La integridad es un término amplio que refleja honestidad, transparencia, compromiso y honrar la palabra. Empoderar a la población es un objetivo que se debe institucionalizar para que desde el seno familiar se pueda educar a los hijos en los colegios y universidades para que al final todos estemos luchando contra la corrupción y que venga el buen ejemplo.»
La Carretera Río Blanco-Mollepata en Cusco es una infraestructura importante y ahora testimonio del éxito de la colaboración entre la comunidad y el gobierno en la construcción del bienestar común y una cultura de integridad. Este proyecto no sólo conectará destinos, sino que también fortalecerá la confianza entre ciudadanos y autoridades. La Red de Integridad de Cusco seguirá monitoreando y reportando sobre el cumplimiento de los estándares de integridad para mejorar la gestión de obras en la región.
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