- Este esquema asegura financiamiento desde el inicio, supervisión privada y reglas claras, reduciendo drásticamente los retrasos que afectan a la infraestructura tradicional.
Cusco tiene hoy uno de los contrastes más marcados en gestión de infraestructura del país: mientras la región registra 320 obras paralizadas por S/725 millones, también dispone del mayor portafolio de Obras por Impuestos (OxI), con 105 proyectos listos para ejecutarse por S/1,284 millones. Este potencial permitiría acelerar colegios, carreteras y servicios esenciales mediante un mecanismo que ya ha demostrado resultados en diversas regiones.
La Contraloría reporta que entre las obras paralizadas destacan la carretera Patahuasi–Yauri–Sicuani (S/641,7 millones), el Hospital de Espinar (S/133,6 millones) y el sistema de agua y alcantarillado de Chinchero (S/69,7 millones). Se trata de proyectos estratégicos que impactan directamente en la educación, la movilidad y el acceso a servicios básicos.
“Las Obras por Impuestos permiten que empresas privadas financien proyectos públicos. Este esquema asegura financiamiento desde el inicio, supervisión privada y reglas claras, reduciendo drásticamente los retrasos que afectan a la infraestructura tradicional. En Cusco, donde la inversión pública suele enfrentar demoras, cambios de gestión y problemas técnicos, las OXI se presentan como una vía confiable y rápida para que los proyectos lleguen realmente a la población”, explicó Erick Chuquitapa, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
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En los últimos 12 años, Cusco ha adjudicado más de S/590 millones en OxI, principalmente en educación y transporte, sectores con brechas históricas. Entre los proyectos que ya están listos para ejecutarse destacan las mejoras viales en Kumpirushiato (S/43 millones), la ampliación de la I.E. 38622 en Kimbiri (S/38,3 millones) y la modernización operativa de la UGEL Espinar (S/29 millones). Activarlos permitiría reducir años de retraso y generar beneficios visibles en el corto plazo.
Aun así, el mecanismo enfrenta desafíos: muchos gobiernos locales no cuentan con expedientes técnicos actualizados y la capacidad municipal para gestionar OxI sigue siendo limitada. Además, algunas obras requieren articularse con otras fuentes de financiamiento para alcanzar su escala completa.
“Cusco tiene ahora la oportunidad de transformar su cartera pendiente en proyectos en marcha. Activar su portafolio OxI no solo impulsaría la construcción de colegios, carreteras y servicios, sino que también garantizaría que los recursos lleguen de manera efectiva a la población, evitando que los proyectos se queden detenidos por años y contribuyendo a cerrar brechas históricas”, concluyó Chuquitapa.


