JUNÍN. Ubicada a 35 kilómetros de la ciudad de Satipo, en la región de Junín, se encuentra la comunidad nomatsigenga San Antonio de Sonomoro, donde vive Gladiz Chimanga Shumpate. A sus 52 años, ella considera que debe contribuir con el desarrollo de su comunidad para seguir beneficiando a las siguientes generaciones.
Gladiz es una lideresa que desde hace 32 años ocupa cargos dirigenciales. Actualmente, es la presidenta de la Asociación de Mujeres Emprendedoras de Apasonan, grupo que se encarga de la siembra de cacao y café. A pesar de no haber culminado la educación secundaria, Gladiz ha recibido distintos reconocimientos por la labor que realiza.
Fue secretaria de la organización Unión Asháninka Nomatsigenga del Valle de Pangoa (Kanuja) y miembro de la junta directiva de su comunidad. La lideresa señaló que comprende el papel de la mujer y desbarata normas patriarcales que se conservan en algunas comunidades.
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“Las mujeres de la comunidad tenemos un papel importante en la preservación de nuestra identidad (…) No necesitamos ser retribuidas por pensar en las nuevas generaciones que vienen”, indicó Chimanga.
Familia de dirigentes
La familia de Gladiz Chimanga fue protagonista de momentos históricos en la comunidad San Antonio de Sonomoro. Su abuelo fue uno de los fundadores y su padre gestionó la construcción del colegio.
Hoy su comunidad es reconocida por sus tradiciones ancestrales, así como por su oferta turística y artesanal. Además, destaca por sus premios en producción de café, cacao y artesanías.
Madre y dirigente
Gladiz abandonó sus actividades dirigenciales para acompañar a su esposo, el líder asháninka Lyndon Pishagua, quien padeció de una enfermedad y falleció en 2020. Tras la muerte de Pishagua, se dedicó a la crianza de sus hijos, pero no dejó de participar en las actividades de artesanía de la comunidad junto a su familia.
Chimanga considera que su trabajo en San Antonio de Sonomoro no termina. “Mientras tenga vida todavía seguiré aportando para el desarrollo de mi comunidad y mi familia”, finalizó .
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