Consettur invoca tecnicismos legales para extender su monopolio en el transporte a Machupicchu, pese al vencimiento de su concesión. El alcalde de Urubamba intenta aplicar un plan de contingencia, pero la empresa ya lanzó advertencias contra el ingreso de nuevos operadores.
La empresa Consettur Machupicchu no suelta la ruta Hiram Bingham, pese a que el contrato de concesión venció el 4 de septiembre, la empresa comunicó a la Municipalidad de Urubamba que seguirá operando los buses que suben y bajan turistas hacia la ciudadela inca bajo el argumento de que los beneficia el silencio administrativo positivo.
Sucede que en una carta enviada el 5 de septiembre al alcalde provincial, Ronald Vera Gallegos, la compañía invoca la Ley de Contrataciones del Estado y asegura que, como la municipalidad no respondió a su solicitud de ampliación presentada el 15 de agosto, el pedido quedó automáticamente aprobado. Es decir, no hubo resolución, pero para Consettur el silencio basta como permiso.
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Según la empresa, cortar el servicio sería “un atentado contra los turistas consumidores” y que la comuna no puede designar a dedo otro operador porque carecería de permisos. Se presenta como la única opción viable y se ampara en tecnicismos legales para mantener su monopolio. A todas luces la estrategia de la empresa es transformar la omisión municipal en autorización.
El silencio administrativo, concebido para agilizar trámites, se convierte así en la llave que la empresa usa para perpetuar un negocio cuestionado por treinta años.
Consettur incluso responsabiliza al alcalde de cualquier perjuicio al turismo si se intentara reemplazarla. Y, en paralelo, advierte que la Contraloría y el Ministerio Público deben revisar cualquier convenio con otros operadores.
El plan en el aire
Si la estrategia de Consettur funciona, el plan de contingencia anunciado por el alcalde de Urubamba, Ronald Vera, de contratar sin concurso a la empresa Inversiones San Antonio de Torontoy, mientras se realice la licitación, no prosperará.
Porque los voceros de Consettur, como Julián Quispe, presidente de la Junta de Accionistas de Consettur, incluso lanzaron amenazas indirectas de que sería ilegal ingresar nuevos buses a Machupicchu Pueblo. Eso en alusión a que San Antonio de Torontoy espera que sus 18 buses sean traslados desde la estación ferroviaria Hidroeléctrica al pueblo en los trenes de PeruRail.
Incluso podría interferir en la decisión que debería tomar Sernanp sobre la solicitud de autorización que la municipalidad de Urubamba ingreso para los 18 vehículos de la empresa contrata sin concurso.