El sonido de los disparos rompió el silencio a las alturas del distrito de Chaca, en la provincia de Huanta. Lo que debía ser una jornada de vigilancia comunal terminó en un episodio violento que revela una peligrosa escalada del narcotráfico en el lugar por la presencia de arranchadores de droga. Este fin de semana, el presidente del centro poblado de Llachuas y dirigente del Frente de Auto-defensa de las Juntas Vecinales, Fernando Félix Díaz Rojas, fue herido de bala durante un operativo de seguridad vecinal. El ataque ocurrió mientras él y otros pobladores bloqueaban preventivamente la vía de acceso a Llachuas con troncos y bloques de cemento, alertados por el paso sospechoso de vehículos en la zona.
Ataque en plena vigilancia comunal
La alerta fue dada por megáfono: un convoy sospechoso se acercaba. Dos camionetas blancas, cuyos ocupantes vestían chalecos y uniformes similares a los policiales, irrumpieron en la zona. Los comuneros intentaron detenerlas para su identificación, como parte de sus labores de vigilancia, pero en lugar de frenar, los sujetos abrieron fuego. Uno de los disparos impactó a Díaz Rojas en el abdomen, provocando también una herida superficial en la zona genital. Este fue trasladado en mototaxi desde el puesto de salud satélite de Llachuas al centro de salud de Santillana, y posteriormente derivado al hospital provincial de Huanta. Su estado es estable, aunque la herida ha generado gran preocupación entre las autoridades locales.
Una segunda víctima en Putis
A pocos kilómetros del primer ataque, otro acto de violencia reafirmó el temor que ya recorre a los comuneros. En la localidad de Apolema, cerca del distrito de Putis, el agricultor Hermenegildo Lunazco Calixto (51) fue interceptado mientras se desplazaba en su moto lineal. Lo acompañaba su hijo, Michael Lunazco, natural del anexo de Carhuancho. Ambos fueron abordados por al menos diez sujetos vestidos también como policías. Con armas en mano, los encañonaron y exigieron información: “¿Dónde está la droga?”, gritaban. Al no obtener respuesta, golpearon al agricultor con la cacha de una pistola y le dispararon en el brazo. Según su testimonio, solo habían salido a comprar yuca.
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Narcos infiltrados, zona en peligro
Todo apunta a un mismo patrón: vehículos sospechosos, hombres armados disfrazados de autoridades, rutas alternas hacia zonas de tránsito de droga. Las camionetas, tras perpetrar el primer ataque, huyeron por un desvío que conecta los sectores de Jangayllo, Purus y Chacca, una ruta conocida por ser parte del corredor que conduce al Vraem. La Policía junto a la Fiscalía iniciaron con las investigaciones a fin de tomar las medidas necesarias del caso.
En Llachuas y Putis, la indignación es compartida. No es solo el miedo al crimen organizado, sino la sensación de abandono. Dirigentes que arriesgan su vida para proteger a sus comunidades, agricultores confundidos con informantes o enemigos por mafias impunes.
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