Luego de 40 años de incertidumbre en Ayacucho, el Ministerio Público entregó a sus familiares los restos óseos de 31 víctimas del conflicto armado interno ocurrido entre los años 1980 y 2000. Los familiares solicitaron a las autoridades correspondientes la creación de un monumento de los fallecidos, con el fin de contribuir a la memoria histórica, la justicia y la reconciliación.
La diligencia de entrega de restos óseos corresponde a víctimas de los casos «Huarcatán», «Iquicha», «Llusita», «Oronccoy», «Chinchibamba» y «Andamarca», a manos de miembros del Ejército Peruano y la Policía Nacional.
Otros cinco casos de víctimas del grupo terrorista Sendero Luminoso son «Taipe-Cordero», «Tupia Janampa», «Cayllahua Tucno» y «Chalco Cucho».
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La ceremonia contó con la presencia de la fiscal superior Marena Mendoza Sánchez, coordinadora nacional del subsistema de Derechos Humanos; el presidente de la Junta de Fiscales Superiores de Ayacucho, Javier Anaya Cárdenas; los representantes de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas, y la Cruz Roja, entre otras instituciones.
Asimismo, participó el Jefe Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Francisco Brizuela, y la jefa del Equipo Forense Especializado, Sandra Gómez Tapia.
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